
Editorial
El ahora ex ministro adujo "motivos personales", pero en Terrazas la interna señala una ruptura con el jefe de prensa del gobierno, Diego Masci y la falta de apoyo del gobernador.
Provinciales14 de noviembre de 2024El jueves por la mañana, el ministro de Turismo y Cultura, Juan Manuel Rigau, sorprendió a los empleados de su área al anunciar su renuncia. Si bien Rigau adujo "motivos personales", en los pasillos de Terrazas del Portezuelo se escucha otra versión: su salida fue forzada. El trasfondo de esta dimisión tiene que ver con una intervención directa en el ministerio, donde los recursos y decisiones estratégicas quedaron bajo la órbita de Diego Masci, jefe de prensa del gobierno, a través del programa "Conexión San Luis". En otras palabras, Rigau quedó desplazado de sus funciones reales.
La situación se agudizó tras el bochorno protagonizado por uno de sus funcionarios en un acto público, cuando se mofaron de las canciones tradicionales de San Luis. El error no fue bien recibido por el gobernador Claudio Poggi, quien, según trascendió, habría marcado distancia y dejado en claro su descontento. La renuncia de Rigau es, en cierto modo, una consecuencia de este vacío de poder, sumado a la falta de apoyo dentro del gabinete.
¿Un quiebre en la alianza Avanzar-UCR?
La salida de Rigau plantea un interrogante clave: ¿qué será del acuerdo político entre Avanzar y la UCR? Con esta dimisión, el radicalismo pierde a otro de sus representantes en el Ejecutivo, evidenciando la pérdida de peso y autonomía dentro de la coalición gobernante. La UCR, que alguna vez tuvo una presencia más marcada, se encuentra ahora arrinconada y debilitada frente a la hegemonía del oficialismo.
El dato no es menor si consideramos que estamos a pocos días del foro productivo de turismo y en la antesala de la temporada de verano. Un ministro renunciando en este contexto es un símbolo claro de los desmanejos y la falta de coordinación en el gabinete provincial. La incertidumbre se instala justo cuando la gestión necesita transmitir seguridad y planificación. Pero en lugar de eso, lo que vemos es una crisis interna que parece no tener fin.
La renuncia de Rigau no es simplemente la salida de un funcionario. Es la muestra de un malestar que recorre al gobierno de Poggi, una grieta que se profundiza con cada renuncia y con cada desacierto.
Editorial
El gobernador anunció la reactivación del Centro de Deshabituación de La Toma, paralizado por su propia gestión durante casi dos años pese a tener un 85% de avance. La oposición lo acusa de hacer marketing con la salud pública.
El subsecretario nacional Alejandro Cacace, convertido en vocero del achique estatal, celebró el cierre de organismos y reclamó al gobernador que continúe con el ajuste. Su pasado familiar ligado al Estado lo deja expuesto ante el propio relato libertario.
Profesionales advirtieron una vez más sobre la crisis en el sistema sanitario. Denuncian la falta de recursos humanos, salarios por debajo de la media y una política de salud desmantelada desde la llegada de Claudio Poggi al poder.
Tras el reclamo de los vecinos del barrio Cerro de la Cruz y la intervención de la Defensoría del Pueblo, el Municipio debió suspender la instalación de una torre de telefonía celular que ya estaba completamente montada.
En lugar de aclarar su viaje a Dubai, el funcionario dejó al desnudo la falta de presupuesto para las personas con discapacidad y la absoluta indolencia oficial.
El Senado aprobó la media sanción de una norma que busca proteger cuentas oficiales. Sin embargo, el propio oficialismo permitió su uso partidario tiempo atrás, cuando El Chorrillero se quedó con las cuentas del programa San Luis Inspira.
Firmó el ajuste con una sonrisa, pero ahora llora los recortes en casa. Poggi quiso ser el aliado perfecto de Milei, aunque no se banca las facturas del amor libertario.
Editorial mosquitera.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.