Dosep arregló con la clínica de Vartalitis mientras crece el conflicto con los médicos

En plena crisis con el sector, la obra social provincial cerró un acuerdo con la Clínica de la Mujer y la Familia. Médicos denuncian que se trata de un pacto político y que en esas instituciones se emplea a profesionales en negro.

ActualidadHace 1 horaRedacciónRedacción
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El conflicto entre DOSEP y los médicos sigue escalando y amenaza con dejar a miles de afiliados en una situación de desprotección inédita. Mientras tanto, la obra social provincial acelera convenios con clínicas y sanatorios para intentar mostrar que tiene bajo control un sistema que, en los hechos, se encuentra al borde del colapso.

Uno de los acuerdos más recientes se firmó con la clínica de Gisela Vartalitis, esposa de Adolfo Rodríguez Saá. El dato no es menor, en medio de los rumores sobre la posible salida de la titular de la ministra Teresa Nigra y el titular de DOSEP, Jorge Vergara, el gobierno decidió cerrar filas con una institución de peso político y fuertemente ligada al oficialismo.

Convenios reciclados y denuncias

Según los propios médicos, muchos de los convenios que la obra social presenta como “novedosos” ya existían. Se trataría de una operación de maquillaje para instalar en la opinión pública que DOSEP puede funcionar sin el Círculo Médico, principal interlocutor en la crisis.

En paralelo, los profesionales denuncian que en varias de estas instituciones cercanas al poder se sostiene un esquema precario, con médicos de la carrera sanitaria trabajando en negro, sin regulación ni garantías. Una situación que, lejos de resolver el problema de fondo, podría profundizar el caos en el sistema de salud provincial.

Beneficiados por la crisis

La pelea con el Círculo Médico parece tener un efecto colateral muy claro, las clínicas y sanatorios alineados con el oficialismo ganan terreno. En lugar de garantizar un marco de estabilidad y previsibilidad, el gobierno apuesta a fragmentar el sistema, debilitando a los médicos y reforzando estructuras privadas vinculadas a su círculo.

La estrategia exhibe un doble fracaso. Por un lado, no logra contener el conflicto con los profesionales de la salud; por otro, genera un escenario de desigualdad en el acceso a las prestaciones para los afiliados. Mientras los anuncios intentan dar la idea de un sistema en expansión, la realidad es la de un desmoronamiento progresivo.

El acuerdo con la clínica de Vartalitis sintetiza la lógica con la que se mueve el gobierno, la de usar la crisis para fortalecer a los suyos, aun a costa de precarizar más el sistema. La bomba de humo puede durar unos días, pero la emergencia sanitaria ya golpea de frente a los afiliados.

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