El "Jefe" evalúa reemplazar al puntano por la neuquina Nadia Márquez, impulsada por Martín Menem. La jugada revela que la interna libertaria en San Luis, pese a la victoria electoral, sigue lejos de cerrarse.
ActualidadHace 2 horas
Redacción
En La Libertad Avanza no hay tregua, ni siquiera después de ganar. Mientras en San Luis los libertarios celebraban el resultado electoral, en Buenos Aires ya sonaba la música de otra pelea, Karina Milei quiere mover a Bartolomé Abdala de la presidencia provisional del Senado y ubicar en su lugar a Nadia Márquez, la neuquina recién electa senadora, apadrinada por Martín Menem.
La operación tiene doble filo. Por un lado, expresa la obsesión del círculo de Karina por controlar cada espacio institucional. Por el otro, reaviva la interna libertaria puntana, que nunca terminó de sellarse tras la victoria. Abdala fue uno de los primeros en subirse al barco de Milei y, durante meses, funcionó como una pieza de equilibrio entre los distintos sectores locales. Pero ahora parece haber quedado en el centro de la tormenta, con el propio Menem haciéndole el oído a Karina para acelerar su salida.
Abdala, prudente pero no ingenuo, percibe que la avanzada viene cocinándose hace semanas. En los pasillos libertarios se comenta que la “Jefa” ya perdió la paciencia con lo que considera un perfil demasiado autónomo y poco combativo. En su entorno, en cambio, sostienen que el puntano cumple con su función institucional y que su único pecado fue no arrodillarse ante la lógica vertical de los Milei.
Martín Menem, en tanto, opera en silencio. Aprovecha su buena sintonía con Karina y su rol en Diputados para influir en las decisiones del Senado, un ámbito que siempre consideró “mal defendido” por Abdala.
En San Luis, el tema cayó como una bomba. Una parte de la tropa local se siente desairada por la conducción nacional y ve en la embestida contra Abdala una señal de que la victoria electoral no garantizó poder real. Algo similar ocurrió con los manejos que terminaron con ruptura y el alejamiento del diputado Carlos DAlessandro.
Abdala, por su parte, promete resistir hasta febrero de 2026, cuando vence su mandato como autoridad del Senado. Pero sabe que en la política libertaria la palabra “mandato” es relativa: Karina Milei no suele esperar los plazos institucionales cuando decide mover una pieza. En ese tablero, el puntano vuelve a quedar en la mira, esta vez por obra de su propio espacio.
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