
Están previstas para 30 de octubre. Las maniobras del oficialismo para sacar de escena a Laura Sánchez y colocar a Fernando Aguilera en el Concejo Deliberante.
El gobernador fue a ofrecerse para que La Libertad Avanza no arme estructura para los comicios nacionales. El miedo a la situación del Adolfo y las reuniones con funcionarios nacionales sin anuncios importantes para San Luis.
Actualidad22 de mayo de 2025Por más que lo disimulen con comunicados optimistas, en Terrazas del Portezuelo no cayó nada bien el resultado electoral. El oficialismo ganó, sí, pero a un costo altísimo y con números que dejaron más interrogantes que certezas. El despliegue económico fue descomunal, y sin embargo el voto popular no acompañó con la contundencia esperada.
Peor aún, en departamentos clave, el poggismo terminó siendo espectador de triunfos ajenos. Jorge "Toti" Videla en Pueyrredón y Maximiliano Frontera en Pedernera —dos nombres que no responden al corazón duro del poggismo— se quedaron con el control territorial.
Con esa mochila a cuestas, el gobernador salió de gira por los pasillos del poder nacional. No para pedir fondos ni obras, como sugieren sus gacetillas, sino para mendigar un gesto, que Javier Milei y su troupe libertaria no le armen competencia en octubre. Poggi quiere asegurarse que La Libertad Avanza en San Luis no tenga estructura propia. En criollo, que no le saquen votos.
Para eso, ya movió sus piezas internas, fogoneando la división del armado libertario y dándole juego al sector de Rodolfo Negri. Una jugada clásica del manual del operador político, dividir para negociar.
Pero en Buenos Aires la historia es otra, allí lo miran con desconfianza. En la Casa Rosada saben que Poggi cambió de camiseta tantas veces como jugador en el fútbol del ascenso. Además, lo rodean denuncias de corrupción y una gestión que hasta ahora ha mostrado más cartelería que soluciones.
Además hay otra carta y la tiene Adolfo Rodríguez Saá. El histórico caudillo coquetea con presentarse como opción libertaria en San Luis. No lo haría solo, lo acompañaría nada menos el aval de la vicepresidenta Victoria Villarruel desde Buenos Aires y su fiel escudero puntano Bartolo Abdala.
Mientras tanto, Poggi se saca selfies desesperadas con Toto Caputo y Patricia Bullrich. Reuniones que no dejaron ningún anuncio concreto para San Luis, pero que sirvieron para alimentar el álbum de campaña. Porque lo que en realidad fue a buscar el gobernador no son obras, sino ser aceptado en la rosca.
En la crónica oficial, se dijo que fue a gestionar la reactivación de obras públicas. Pero las cifras que mencionó apenas alcanzan para arreglar algunas veredas. Y lo más irónico: muchas de esas obras fueron frenadas por su propio gobierno.
La desesperación por conseguir bancas en el Congreso es cada vez más evidente. El poggismo sabe que sin presencia legislativa, su margen de acción se achica. Por eso, Claudio Poggi ya no elige aliados, los ruega. Y en el intento, no duda en abrazar la bandera que hasta hace poco criticaba.
La política es el arte de lo posible, dicen. En San Luis, parece ser el arte de lo desesperado.
Están previstas para 30 de octubre. Las maniobras del oficialismo para sacar de escena a Laura Sánchez y colocar a Fernando Aguilera en el Concejo Deliberante.
Mientras la inflación pulveriza los sueldos, el intendente Gastón Hissa insiste en maquillar la crisis salarial con acuerdos bancarios. Más endeudamiento, menos alivio real para los trabajadores.
El programa habitacional del gobierno de Claudio Poggi deja afuera a miles de familias sin terreno. La promesa de un techo digno terminó reducida a una maqueta de una habitación con baño.
En los pasillos del Tribunal de Cuentas se comenta que el diputado oficialista Carlos “Charly” Pereira no habría rendido una millonaria suma correspondiente a módulos legislativos. Mientras tanto, el Gobierno provincial mantendría una cómoda ceguera ante el caso, aunque exige transparencia a los opositores.
Mientras la provincia atraviesa una crisis económica, sanitaria y social sin precedentes, el gobierno de Claudio Poggi dedica tiempo y recursos a remover la tumba de Luis Lusquiños en Terrazas del Portezuelo. Un gesto que revela más sobre su forma de gobernar que cualquier discurso oficial.
San Luis se ubica entre las provincias con mayor deterioro salarial docente del país y, al mismo tiempo, entre las más caras para alimentarse. Dos datos que revelan la magnitud del ajuste en curso bajo la gestión de Claudio Poggi, los sueldos pierden poder real mientras los precios se disparan.
Los medios alineados al poggismo intentaron instalar que gremialistas de ATE agredieron a una mujer, pero las imágenes muestran lo contrario, fue la presidenta del Concejo, Laura Sánchez, quien intentó armar la escena. El trasfondo revela una maniobra política para tapar el reclamo por violencia laboral en la gestión de Hissa.
El Gobierno prometió viviendas, pero terminó ofreciendo materiales para construir una pieza. Las redes estallaron y el descontento crece, miles de familias sin terreno quedaron fuera de un sistema improvisado y excluyente.
Mientras la provincia atraviesa una crisis económica, sanitaria y social sin precedentes, el gobierno de Claudio Poggi dedica tiempo y recursos a remover la tumba de Luis Lusquiños en Terrazas del Portezuelo. Un gesto que revela más sobre su forma de gobernar que cualquier discurso oficial.
En los pasillos del Tribunal de Cuentas se comenta que el diputado oficialista Carlos “Charly” Pereira no habría rendido una millonaria suma correspondiente a módulos legislativos. Mientras tanto, el Gobierno provincial mantendría una cómoda ceguera ante el caso, aunque exige transparencia a los opositores.
El programa habitacional del gobierno de Claudio Poggi deja afuera a miles de familias sin terreno. La promesa de un techo digno terminó reducida a una maqueta de una habitación con baño.
Mientras la inflación pulveriza los sueldos, el intendente Gastón Hissa insiste en maquillar la crisis salarial con acuerdos bancarios. Más endeudamiento, menos alivio real para los trabajadores.
Están previstas para 30 de octubre. Las maniobras del oficialismo para sacar de escena a Laura Sánchez y colocar a Fernando Aguilera en el Concejo Deliberante.