
Un informe de julio 2025 revela que la provincia lidera el ranking nacional de interés resarcitorio para contribuyentes que adeudan el impuesto a los Ingresos Brutos. La tasa alcanza el 7%, por encima de Buenos Aires y Santa Cruz.
El caso de ATE es un claro ejemplo del uso de las medidas judiciales para silenciar la disidencia, en un momento crítico en la provincia. Con esta maniobra, el gobierno no solo busca desarticular a ATE, sino también enviar un mensaje intimidante a otros gremios: la protesta y la lucha por los derechos tienen un alto costo.
Actualidad29 de agosto de 2024En medio de un creciente tensión con los gremios estatales, el gobierno de San Luis, liderado por Claudio Poggi y respaldado por el intendente Gastón Hissa, ha intensificado su ofensiva contra la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Lo que parece molestar profundamente al oficialismo son las ollas populares organizadas por ATE, que exponen crudamente la realidad de la provincia y muestran la grave situación que atraviesan los trabajadores estatales. Como así también la presencia en las distintas marchas y manifestaciones.
En respuesta, el gobierno ha recurrido a la judicialización de la protesta, utilizando esta estrategia como un ejemplo "para disciplinar y advertir a otros gremios".
La organización sindical denuncia que esta persecución judicial es parte de una estrategia de "lawfare", un término que hace referencia al uso del sistema legal y judicial para deslegitimar y neutralizar a opositores políticos y sociales. En este caso, se acusa a los dirigentes de ATE por su defensa de los derechos laborales y salariales de los trabajadores estatales, una lucha que ha sido constante en medio de la creciente precarización del empleo público en San Luis. Y que tiene a distintos sindicatos encolumnados.
El reclamo de ATE es claro: la lucha por salarios dignos y derechos laborales no puede ser motivo de persecución. Los trabajadores estatales han enfrentado un deterioro sostenido en sus condiciones laborales, mientras que el gobierno provincial ha optado por judicializar las protestas en lugar de abordar las demandas legítimas de sus empleados.
Este conflicto se enmarca en un panorama más amplio de descontento social en San Luis, donde las políticas del gobierno de Poggi han sido fuertemente cuestionadas por su enfoque represivo hacia las demandas populares. La criminalización de la protesta no solo pone en riesgo los derechos individuales de los trabajadores y sus representantes, sino que también atenta contra el ejercicio democrático de la libertad de expresión y la protesta social.
La batalla entre el gobierno provincial y los sindicatos continúa, con un impacto profundo en la sociedad puntana, a medida que se agravan las condiciones laborales.
El caso de ATE es un claro ejemplo de cómo el lawfare se utiliza como una herramienta política para silenciar la disidencia, en un momento crítico para la democracia y la justicia social en la provincia. Con esta maniobra, el gobierno no solo busca desarticular a ATE, sino también enviar un mensaje intimidante a otros gremios: la protesta y la lucha por los derechos tienen un alto costo en San Luis.
Un informe de julio 2025 revela que la provincia lidera el ranking nacional de interés resarcitorio para contribuyentes que adeudan el impuesto a los Ingresos Brutos. La tasa alcanza el 7%, por encima de Buenos Aires y Santa Cruz.
La Municipalidad de San Luis presentó como un logro la reubicación de luminarias en el barrio Mirador del Portezuelo, que días antes habían sido desmontadas por la misma administración. Tras los reclamos vecinales, fueron reinstaladas con una improvisada protección “antivandálica”. La maniobra ya había sido denunciada por concejales de la oposición.
Mientras los medios alineados al gobierno atacaron con furia a Carolina Monte Riso por una publicación privada, callaron escandalosamente cuando un juez oficialista protagonizó un choque manejando alcoholizado. La vara del poder, más torcida que el discurso de campaña.
Mientras los hospitales enfrentan la falta de insumos, las escuelas atraviesan el invierno sin calefacción y los salarios estatales continúan congelados, la administración provincial acumuló una suma récord de recursos no ejecutados. Los números también desmienten el argumento del recorte nacional: la coparticipación creció y benefició especialmente a los intendentes aliados.
Cuando las manifestaciones llegaron a Terrazas del Portezuelo, el gobierno accedió a las demandas de los vecinos del barrio La Vecindad, que reclamaban acceso a la electricidad.
Se repite un patrón que compromete seriamente a la gestión municipal, como en los casos de los camiones y las cuadrillas de limpieza, se favorece sistemáticamente a las propuestas más costosas. Las firmas desplazadas denuncian un mecanismo direccionado y que roza la corrupción, y ya no puede disimularse.
Moriñigo y Gil viajaron a Uruguay y no cayó bien en la casa de altos estudios, mientras se agrava el conflicto en Dospu y faltan recursos en distintas áreas.
Mientras los medios alineados al gobierno atacaron con furia a Carolina Monte Riso por una publicación privada, callaron escandalosamente cuando un juez oficialista protagonizó un choque manejando alcoholizado. La vara del poder, más torcida que el discurso de campaña.
La Municipalidad de San Luis presentó como un logro la reubicación de luminarias en el barrio Mirador del Portezuelo, que días antes habían sido desmontadas por la misma administración. Tras los reclamos vecinales, fueron reinstaladas con una improvisada protección “antivandálica”. La maniobra ya había sido denunciada por concejales de la oposición.
Un informe de julio 2025 revela que la provincia lidera el ranking nacional de interés resarcitorio para contribuyentes que adeudan el impuesto a los Ingresos Brutos. La tasa alcanza el 7%, por encima de Buenos Aires y Santa Cruz.
Profesionales advirtieron una vez más sobre la crisis en el sistema sanitario. Denuncian la falta de recursos humanos, salarios por debajo de la media y una política de salud desmantelada desde la llegada de Claudio Poggi al poder.