Clase rápida de economía aplicada: la mudanza fantasma de Hissa y compañía

Por El Profesor Aedes

El jueves PROFESOR AEDES
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En San Luis, la creatividad política no se gasta en gobernar bien sino en inventar atajos. El caso de Daniel Piñeda, sub secretario de Ingresos Públicos, es un ejemplo perfecto. Pero que nadie se confunda, detrás de él está el intendente Gastón Hissa, jefe político que avala, consiente y capitaliza estas maniobras.

En junio, la boleta de servicios debía reflejar la realidad: agua por casi 19 mil pesos, cloacas por 9.500 y ABL por poco más de 5 mil. Total: $33.705,22. Pero Piñeda sabía —y Hissa también— que EDESAL no acepta más de 15 mil pesos en concepto de tasas municipales. La “solución” fue digna de prestidigitador: borrar los números reales y reemplazarlos con la vieja tarifaria. Agua a $5.692, cloacas a $2.846, ABL igual. Sin decreto, sin ordenanza, sin facultades. Una eximición trucha, a dedo, que en los papeles parecía un alivio. Y el vecino, feliz, pagó su boleta sin notar la trampa.

La magia duró poco. En julio, Piñeda soltó el tarifazo completo, con su propio aumento incluido: agua a $20.436, cloacas a $10.218 y ABL a $5.648,31. Total: $36.302,31. Pero otra vez chocaron con el límite de EDESAL. El agua quedó afuera, acumulándose como deuda invisible en la libreta del fiado municipal.

La cuenta es simple: $20.436 de agua por mes que no se pagan. En un año, casi $245 mil. En cinco años, más de $1,2 millones. Todo eso lo descubrirá el vecino recién cuando quiera renovar el carnet de conducir o pedir un libre deuda. Ahí le mostrarán el “regalo” que le fueron armando Piñeda y Hissa.

El problema es doble, en junio manipularon los montos sin ninguna norma, y en julio liberaron el tarifazo completo sabiendo que EDESAL no lo cobraría. Resultado: una deuda fantasma que crece aunque pagues puntualmente tu factura de luz.

Así, Piñeda fue la mano ejecutora y Hissa el garante político de una maniobra que transforma a los vecinos en deudores sin que se enteren. Para el Excel del municipio, ya vivís en un country de lujo. Para tu heladera, seguís en tu casa. Y la diferencia, la vas a sentir el día que te llegue la cuenta que el Profesor Aedes ya te advirtió.

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