
A días de las elecciones armamos un resumen basado en conspiraciones y hechos de la realidad poggista. Porque puede desaparecer el maíz que se llevaron los funcionarios del gobierno, pero no las operaciones.
Los concejales de Jorge Gastón Hissa en la capital decidieron no sesionar esta semana. Excusas eléctricas, miedo político y un hilo conductor: evitar que se hable de corrupción a días de las elecciones.
ActualidadAyerA la presidenta del Concejo Deliberante, Laura Sánchez, le volvió a dar “juevitis”. Justo el único día que el Concejo debía sesionar, el oficialismo de Jorge Gastón Hissa anunció que no habrá reunión. El argumento suena tristemente conocido, “problemas eléctricos”.
La jugada es mas vieja que las mañas evidentes del poggismo, evitar que se hable de los casos de corrupción que golpean tanto al gobierno provincial como a la Municipalidad capitalina. Lo mismo ya había pasado en mayo, cuando se suspendieron sesiones en Diputados con el pretexto de arreglos edilicios. Ahora rotaron los papeles: los cortes de luz se mudaron al Concejo y la falta "espontanea" de quórum a la Legislatura.
"Paradójicamente, hoy es el Día del Legislador, el mismo día en que el poggismo y @gastonhissa
decidieron que no haya sesión en ninguno de los parlamentos de la provincia. No quieren oír ni dar explicaciones sobre los hechos de corrupción que atraviesan sus gobiernos", remarcó el concejal Justicialista, Andrés Russo.
El temor del gobierno es evidente. A pocos días de las elecciones, Poggi y Hissa intentan controlar la agenda pública y esquivar cualquier debate que exponga la mala gestión o las denuncias que los rodean. Es la política del silencio, no sesionar, no dar explicaciones, y esperar que el ruido se apague solo.
Sánchez, por su parte, parece seguir el libreto sin desviarse. Sus errores de gestión se suman a los conflictos en la Liga Sanluiseña de Fútbol, donde las denuncias por irregularidades ya son parte del paisaje. Cada vez que el oficialismo enfrenta una semana complicada, el recurso es el mismo, cerrar las puertas y culpar a la electricidad.
A días de las elecciones armamos un resumen basado en conspiraciones y hechos de la realidad poggista. Porque puede desaparecer el maíz que se llevaron los funcionarios del gobierno, pero no las operaciones.
El ministro de Desarrollo Productivo, Federico Trombotto, vuelve a quedar en el centro de un escándalo por presuntas maniobras de corrupción. Lo acusan de haber facilitado la operatoria que permitió una millonaria venta de maíz, en una trama que mezcla poder político, favores y negocios rurales.
José La Malfa dejó su cargo casi un mes después del escándalo por las repavimentaciones del autódromo provincial. El gobierno de Poggi gastó más de 2 mil millones en obras que duraron lo que un pestañeo. Ahora, la pregunta es quién paga los errores.
El secretario de Ética Pública se desmarcó del escándalo por la desaparición del maíz del Caburé con un libreto calcado al del libertario José Luis Espert: “no me prestaré al circo mediático”. No dijo dónde está el maíz, ni el dinero, ni cuándo rendirá cuentas.
El gobernador blanqueó lo que todos sabían: su acuerdo con La Libertad Avanza. Mientras lo decía, empleados del Estado retiraban carteles del candidato opositor. Semana clave para el poggismo, entre confesiones políticas y maniobras electorales.
El escándalo por el maíz desaparecido de “El Caburé” golpea en el corazón del gobierno de Claudio Poggi. Los paladines de la ética, Bazla y Endeiza, ahora bajo la lupa judicial, ponen en jaque el discurso moral del oficialismo.
Productores denuncian que el gobierno habría vendido “en negro” una cosecha de maíz valuada en más de dos millones de dólares. El funcionario Ricardo Bazla, hombre de la "ética" poggista, vuelve a quedar en el centro de un escándalo que salpica a la Justicia y a otros ministerios.
El secretario de Ética Pública se desmarcó del escándalo por la desaparición del maíz del Caburé con un libreto calcado al del libertario José Luis Espert: “no me prestaré al circo mediático”. No dijo dónde está el maíz, ni el dinero, ni cuándo rendirá cuentas.
José La Malfa dejó su cargo casi un mes después del escándalo por las repavimentaciones del autódromo provincial. El gobierno de Poggi gastó más de 2 mil millones en obras que duraron lo que un pestañeo. Ahora, la pregunta es quién paga los errores.
El ministro de Desarrollo Productivo, Federico Trombotto, vuelve a quedar en el centro de un escándalo por presuntas maniobras de corrupción. Lo acusan de haber facilitado la operatoria que permitió una millonaria venta de maíz, en una trama que mezcla poder político, favores y negocios rurales.
A días de las elecciones armamos un resumen basado en conspiraciones y hechos de la realidad poggista. Porque puede desaparecer el maíz que se llevaron los funcionarios del gobierno, pero no las operaciones.