El gobernador blanqueó lo que todos sabían: su acuerdo con La Libertad Avanza. Mientras lo decía, empleados del Estado retiraban carteles del candidato opositor. Semana clave para el poggismo, entre confesiones políticas y maniobras electorales.
ActualidadHace 3 horas
Redacción
Claudio Poggi finalmente dijo en voz alta lo que desde hace meses ya se sabía. En una declaración pública, aseguró que votará por la candidata a diputada nacional por La Libertad Avanza. “Yo, personalmente, voy a votar por la lista que encabeza la contadora Mónica Becerra”, expresó el gobernador, en una frase que tuvo menos sorpresa que un feriado anunciado.
La afirmación blanquea el acuerdo entre Poggi y los libertarios, un pacto que el mandatario negó con insistencia hasta que la evidencia lo empujó al sincericidio. Mientras hablaba, equipos del Ente de Control de Rutas —dependientes de su gobierno— eran vistos bajando carteles del candidato del Frente Justicialista, Jorge “Gato” Fernández. La jugada es una movida tipica del poggismo, se intenta correr al costado pero usa las herramientas del Estado para limpiar el camino.
El gobernador intentó disimular la jugada con un toque de humor institucional. “No lo digo como gobernador, ni como referente de un espacio provincial, sino como ciudadano”, aclaró, provocando la sonrisa escéptica de los periodistas presentes. El intento de separar al funcionario del político fue tan ingenuo como innecesario, nadie en San Luis cree que Poggi se mueva sin cálculo electoral.
El blanqueo ocurre a menos de una semana de las elecciones legislativas, en lo que ya se perfila como la “semana D” del poggismo. No sólo por el voto del gobernador, sino porque funcionarios de segunda y tercera línea serán, según trascendidos, fiscales “voluntarios” de La Libertad Avanza. El aparato provincial, una vez más, al servicio del proyecto político personal del mandatario.
YA SE SABÍA
Desde Libres del Sur salieron a recordar que el giro libertario de Poggi no es nuevo. Aseguran que su espacio fue desplazado del gobierno precisamente por las diferencias con Milei. “El pase ya estaba acordado”, admitieron. Fue, dicen, el primer gesto de amor del gobernador hacia la Casa Rosada, disfrazado de reordenamiento político.
Y como cada vez que cambia de camiseta, Poggi apeló al manual básico del relato anti K. “Lo que nos dejó el kirchnerismo fue un daño muy grande que cuesta mucho corregir”, repitió, intentando justificar su nuevo alineamiento. La frase ya no sorprende, es el estribillo preferido de quien hace rato dejó de explicar sus decisiones y se limita a ensayarlas.
En definitiva, Poggi no se pasó al libertarismo, simplemente volvió a ser el mismo de siempre. Adaptable, oportunista, y con una brújula política que apunta —invariablemente— al poder, sin importar quién lo encarne.
El escándalo por el maíz desaparecido de “El Caburé” golpea en el corazón del gobierno de Claudio Poggi. Los paladines de la ética, Bazla y Endeiza, ahora bajo la lupa judicial, ponen en jaque el discurso moral del oficialismo.
A pocos días de las legislativas, los medios alineados al gobernador Claudio Poggi lanzaron una ofensiva de desinformación contra el candidato justicialista Jorge “Gato” Fernández. Copias de notas, titulares calcados y una estrategia que huele más a desesperación que a táctica.
Productores denuncian que el gobierno habría vendido “en negro” una cosecha de maíz valuada en más de dos millones de dólares. El funcionario Ricardo Bazla, hombre de la "ética" poggista, vuelve a quedar en el centro de un escándalo que salpica a la Justicia y a otros ministerios.
El intendente bloqueó un proyecto aprobado por el Concejo, impulsado por un concejal de su propio espacio. El veto, sin publicación oficial y con argumentos endebles, reavivó la interna en el oficialismo capitalino.
Mientras crece la inseguridad en la provincia, efectivos policiales fueron enviados a espiar un encuentro político. El gobierno de Poggi usa recursos del Estado y medios oficialistas para montar un sistema de persecución ideológica, sin precedentes.
El candidato a diputado nacional por el PJ cuestionó con dureza el modelo económico de Javier Milei, al que calificó de insensible y destructor del tejido social. Reclamó un Estado presente y denunció el drama de los jubilados ante el ajuste y la desprotección sanitaria.
Las largas filas en el Banco Supervielle terminaron en frustración, la mayoría de los trabajadores municipales no calificó para el crédito que el intendente presentó como un logro. Salarios por debajo de la línea de pobreza y deudas crecientes exponen el verdadero problema.
Productores denuncian que el gobierno habría vendido “en negro” una cosecha de maíz valuada en más de dos millones de dólares. El funcionario Ricardo Bazla, hombre de la "ética" poggista, vuelve a quedar en el centro de un escándalo que salpica a la Justicia y a otros ministerios.
A pocos días de las legislativas, los medios alineados al gobernador Claudio Poggi lanzaron una ofensiva de desinformación contra el candidato justicialista Jorge “Gato” Fernández. Copias de notas, titulares calcados y una estrategia que huele más a desesperación que a táctica.
El escándalo por el maíz desaparecido de “El Caburé” golpea en el corazón del gobierno de Claudio Poggi. Los paladines de la ética, Bazla y Endeiza, ahora bajo la lupa judicial, ponen en jaque el discurso moral del oficialismo.
El gobernador blanqueó lo que todos sabían: su acuerdo con La Libertad Avanza. Mientras lo decía, empleados del Estado retiraban carteles del candidato opositor. Semana clave para el poggismo, entre confesiones políticas y maniobras electorales.