El gobernador debió retractarse luego de acusar públicamente a profesionales de integrar una “asociación ilícita”. El episodio evidencia nuevamente su tendencia a desbordarse y tener que recular.
ActualidadHace 2 horas
Redacción
Claudio Poggi volvió a quedar atrapado en sus propias palabras. En una inauguración en Villa Mercedes, el 26 de noviembre, el gobernador señaló que existía “una asociación ilícita en la industria del juicio”, integrada por “un puñadito de abogados y algunos jueces”. La frase circuló rápido y generó un inmediato malestar en los profesionales de la ciudad.
El Directorio del Colegio de Abogados y Procuradores de Villa Mercedes emitió un comunicado en el que subrayó que las expresiones del mandatario afectaban a todos los matriculados y que, al ser pronunciadas en un acto oficial, tenían un impacto institucional directo. El texto incluyó la cita exacta del discurso y planteó que el gobernador se apartó del respeto debido a una profesión que integra un pilar del sistema judicial.
La presión surtió efecto. En un evento reciente, Poggi se vio forzado a rectificarse: “Pido disculpas por unas afirmaciones desafortunadas. Involucré, sin decir nombres, a grupos de abogados… Yo no soy de hacer generalizaciones”, declaró. El gesto buscó frenar la escalada, pero también dejó en evidencia el costo político de un exabrupto que no pasó inadvertido.
Un patrón que se repite
No es la primera vez que el gobernador enfrenta el mismo escenario, declara, genera rechazo y luego retrocede. Su estilo forzado, muchas veces celebrado por su entorno, choca cuando aparecen los agravios. En esta ocasión, el desliz tuvo un agravante, implicó delitos sin pruebas y se dio en un acto público.
El episodio aparece en un contexto donde el gobierno provincial busca instalar una narrativa de “orden” y “transparencia”, especialmente vinculada al funcionamiento judicial. Pero la acusación lanzada por Poggi abrió un flanco inesperado, en vez de reforzar autoridad, expuso falta de precisión y un manejo político que puede rozar la imprudencia cuando se cuestiona a profesionales sin fundamento verificable.
La rápida respuesta de los abogados marca un límite. El Colegio dejó claro que no tolerará que se estigmatice a toda una actividad por conflictos aislados o disputas políticas. Para un gobernador que necesita sostener vínculos institucionales sólidos, especialmente con el foro y la Justicia, este episodio funciona como advertencia y es una clara muesta de debilidad.
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