El zar de los sistemas y la caída libre: el reino de Jerez en la San Luis digital

Millones de pesos y los sistemas que colapsan. El entramado de una maquinaria de negocios y beneficios gubernamentales.

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DOSEP, la obra social de los empleados públicos de San Luis, se desploma. A diario, las quejas se acumulan por un sistema que no responde. Los afiliados peregrinan por respuestas, los trabajadores repiten excusas —“es el nuevo sistema”— y lo que alguna vez funcionó con lógica administrativa, hoy es una ruleta rusa digital. ¿El responsable de este caos silencioso? Un nombre que se repite en los pasillos estatales, José Manuel Jerez.

Jerez es solo el gerente general de Ática SRL y socio de Stacktrace SRL. Además, es, en términos crudos, el monarca sin corona de los sistemas informáticos en San Luis. Con el aval del ministro Néstor Ordoñez, acumuló contratos, destruyó competencia y tejió un monopolio funcional a los intereses del poder. Lo premiaron con el control absoluto de los sistemas gubernamentales y hasta le entregaron la Agencia de Ciencia y Tecnología. 

En DOSEP, el resultado de esta concentración es tangible, un nuevo sistema que no funciona, pero factura. La cobertura médica se volvió un trámite difícil, las bajas de afiliación “accidentales” son moneda corriente y la entrega de medicamentos pasó a ser un privilegio aleatorio. Los empleados de la obra social, hartos, ya ni se esfuerzan en disimular el desastre.

Pero la saga de Jerez no termina ahí. En 2024, el intendente Jorge Gastón Hissa —tan entusiasta como Ordoñez en esto de tercerizar responsabilidades— le pagó más de 300 millones de pesos a las empresas del zar para que se hicieran cargo del sistema informático y el Call Center municipal. El resultado fue el colapso del 147, un número que antes atendía emergencias y hoy apenas atiende. En lugar de mejorar, privatizaron y empeoraron. Lo que se hacía desde el municipio, ahora cuesta millones y funciona peor. 

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¿Y en 2025? Más de lo mismo. Solo en “mantenimiento y soporte”, una de las firmas de Jerez embolsó otros 127 millones de pesos. Un contrato tan jugoso como injustificable. Porque no estamos hablando de innovación ni de avances, hablamos de servicios deficientes, usuarios desatendidos y una factura que crece como si estuviéramos comprando eficiencia suiza, cuando en realidad recibimos desidia puntana.

José Manuel Jerez no solo maneja los sistemas, los coloniza. Es el hombre que, bajo el ala del poggismo, convirtió lo público en un negocio privado. No compite, arrasa y monopoliza. Es el símbolo más claro de una era en la que las urgencias ciudadanas se digitalizan para perderse en la burocracia informática, mientras algunos pocos hacen caja.

DOSEP es apenas la muestra. El síntoma de una enfermedad institucional más profunda, la connivencia entre política y negocios. Y en ese escenario, Jerez no es un programador ni un empresario más. Es el arquitecto del sistema que se cae a pedazos.

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