La crisis del plan de viviendas en San Luis afecta a miles de inscriptos: solo un tercio accedería a una solución habitacional. El resto quedaría en lista de espera. El gobierno de Claudio Poggi enfrenta una nueva polémica.
Actualidad23 de julio de 2025
Redacción
El gobierno de Claudio Poggi en San Luis vuelve a estar en el centro de la polémica. Esta vez, por el incumplimiento en la entrega de viviendas prometidas. Lo que fue uno de los ejes centrales de su campaña electoral, hoy se tambalea ante la dura realidad, solo el 3% de los inscriptos podría acceder a una casa. El resto, seguirá esperando.
Con el cierre de las inscripciones para el plan de viviendas, el propio gobierno reconoció que la demanda supera ampliamente la capacidad de respuesta. “Los datos reflejan que alrededor de un tercio de la población demanda alguna solución habitacional”, informaron desde el Ejecutivo provincial.
En medio de este escenario, el gobierno presentó un proyecto de ley para declarar la emergencia habitacional en San Luis. Una medida que, lejos de traer soluciones concretas, parece funcionar como excusa institucional para postergar los plazos y bajar expectativas.
La apertura de inscripciones para viviendas sociales ocurrió en plena campaña electoral. Una estrategia clara para captar votos, que ahora deja a miles de familias con promesas incumplidas. La gestión Poggi utilizó la necesidad como plataforma proselitista y ahora enfrenta el desgaste político por no poder cumplir.
Construir viviendas no es tarea sencilla, ni barata. Pero el gobierno de San Luis no mostró una planificación clara ni un cronograma realista. El plan habitacional de Poggi imitó modelos anteriores sin la estructura ni el respaldo técnico necesarios. El resultado es previsible: un anuncio sin ejecución, una promesa sin sustento.
A pesar del superávit financiero, el oficialismo no logra encaminar la política de viviendas en San Luis. Las entregas serán mínimas este año y la incertidumbre crece entre quienes esperaban una solución real a su problema habitacional.
La situación habitacional en San Luis expone las debilidades de la administración Poggi. Una vez más, las necesidades sociales chocan contra la falta de gestión.
Mientras el escrutinio definitivo se realizará este martes y la diferencia es de apenas siete votos, el intendente Damián Gómez y el candidato poggista Ignacio Olagaray iniciaron el traspaso de mando. La foto dio más letra a quienes hablan de un acuerdo político.
El candidato Daniel Orlando denunció el “avasallamiento institucional” del gobierno de Poggi y exigió revisar todas las urnas. Asegura que la elección fue manipulada con el aparato provincial y reclama transparencia.
El oficialismo de Poggi desempolvó las encuestas truchas para inflar la imagen del intendente de San Luis. Pero los vecinos respondieron con ironía y enojo: los números pueden mentir, las calles rotas y los impuestos no.
Con la billetera del gobierno, Ignacio Olagaray se impuso por un puñado de sufragios ante Daniel Orlando, que sin estructura ni recursos rozó la hazaña. Damián Gómez, el actual intendente, terminó tercero cómodo.
El comunicado de periodistas y el departamento de Comunicación de la Universidad Nacional de San Luis sobre la falta de transparencia en la gestión provincial encendió la mecha. En el gobierno, apuntan a la conducción universitaria por permitir un documento que, sin nombrarlo, golpea directo al secretario de Comunicación, Diego Masci.
El "Jefe" evalúa reemplazar al puntano por la neuquina Nadia Márquez, impulsada por Martín Menem. La jugada revela que la interna libertaria en San Luis, pese a la victoria electoral, sigue lejos de cerrarse.
El intendente de San Luis volvió a usar los tribunales como escudo. Mientras el reclamo por salarios dignos sigue en las calles, Jorge Gastón Hissa decidió prolongar la restricción de acercamiento contra dirigentes y empleados municipales de ATE. Un gesto político que revela más miedo que autoridad.
Este resumen es irreal y grosero, las frases célebres son producto de la IA y debido a su contenido nadie lo debe leer.
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Con la billetera del gobierno, Ignacio Olagaray se impuso por un puñado de sufragios ante Daniel Orlando, que sin estructura ni recursos rozó la hazaña. Damián Gómez, el actual intendente, terminó tercero cómodo.
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El candidato Daniel Orlando denunció el “avasallamiento institucional” del gobierno de Poggi y exigió revisar todas las urnas. Asegura que la elección fue manipulada con el aparato provincial y reclama transparencia.
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