
Déficit, caos en los sistemas informáticos y una situación que cada vez está peor. Una funcionaria ligada al adolfismo se quedaría con el cargo, en caso que la ministra Nigra acepte la dimisión de Jorge Vergara.
El concejal oficialista rompió filas con el bloque y no apoyó el balance municipal. Cuestionó errores, falta de información y disparó contra la presidenta del Concejo, Laura Sánchez, a quien no reconoce como parte del poggismo.
ActualidadAyerLa aprobación de las Cuentas de Inversión 2024 en el Concejo Deliberante expuso una nuevo capitulo de la fractura dentro del oficialismo municipal. Mario Silvestri, concejal que responde al poggismo, se abstuvo en la votación y volvió a encender la interna con el intendente Jorge Gastón Hissa. Denunció falta de tiempo para analizar los informes, errores sin corregir y revisiones parciales por parte del Tribunal de Cuentas.
“Uno siempre quiere acompañar, pero hay que saber qué se está votando. El mismo Tribunal admite que se hizo una revisión selectiva porque no hubo tiempo”, justificó Silvestri, en un mensaje claro hacia la gestión de Hissa.
El concejal también volvió a marcar diferencias con la presidenta del Concejo, Laura Sánchez, a quien consideró ajena a su espacio. “No me gustó que me impusieran a alguien que no es de nuestro partido ni del frente. Eso no se consulta, se decide desde otro lado”, lanzó, con tono de reproche.
La tensión escaló aún más cuando desmintió al propio intendente, quien había criticado a los ediles por no tratar sus proyectos. Silvestri le devolvió el tiro, recordándole que es el bloque oficialista quien tiene los votos para avanzar: “De los nueve proyectos presentados, cuatro ya salieron. Los que no avanzan requieren consenso. No es falta de voluntad, sino de diálogo”.
En ese sentido, defendió el trabajo sobre el polémico proyecto de “trapitos” y sostuvo que desde agosto del año pasado vienen elaborando un informe de más de 70 páginas. “Agregamos artículos de contención. No todos los que están en la calle son delincuentes”, aclaró.
También mencionó otras iniciativas trabadas: la compra de camiones por parte de la intendencia —con pedidos de autorización irregulares— y la polémica sesión de tierras del cementerio Los Álamos, donde, según deslizó, hay intereses que no se explicitan.
Mientras el Concejo expone fisuras, la figura de Silvestri emerge como una voz disidente dentro del propio oficialismo. Y la grieta con Hissa, lejos de cerrarse, sigue ensanchándose.
Déficit, caos en los sistemas informáticos y una situación que cada vez está peor. Una funcionaria ligada al adolfismo se quedaría con el cargo, en caso que la ministra Nigra acepte la dimisión de Jorge Vergara.
Concejales de la oposición votaron en contra y remarcaron que hubieron sobreejecuciones sin respaldo, dinero fantasma que no está en ningún lado, negociados con fondos FIMA, deuda encubierta y un ajuste brutal que recayó sobre los vecinos y los trabajadores. El oficialista Mario Silvestri se abstuvo, profundizando la grieta con el intendente.
La crisis del plan de viviendas en San Luis afecta a miles de inscriptos: solo un tercio accedería a una solución habitacional. El resto quedaría en lista de espera. El gobierno de Claudio Poggi enfrenta una nueva polémica.
Se reveló que Sol Puntano contrató a la empresa Los Tres Olivas SAS, vinculada a Cesar Oliva y al ministro Federico Trombotto, como proveedores. El entramado de una red de negocios y privilegios desde adentro del Estado.
El ministro Álvarez Pinto indicó que no hay plata, por eso la gente no viaja. Una obviedad disfrazada de diagnóstico oficial. Las cifras en la provincia no superan el 25% y el sector atraviesa su peor año.
Este 20 de julio saludamos a nuestros amigos y les dedicamos este especial rosquero de la semana. Sean más que bienvenidos...
El incremento alcanza un tristísimo 6% y fue considerado como insuficiente por los trabajadores. Con la plata que tiene de sobra, el gobernador podría aumentar más 50% los salarios estatales.
San Luis no vive una etapa de orden, sino de desmantelamiento. El superávit no es señal de buena administración, sino de una decisión política consciente, la de quitarle a los que más necesitan para engrosar balances y mostrar solvencia ante el poder central.
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Concejales de la oposición votaron en contra y remarcaron que hubieron sobreejecuciones sin respaldo, dinero fantasma que no está en ningún lado, negociados con fondos FIMA, deuda encubierta y un ajuste brutal que recayó sobre los vecinos y los trabajadores. El oficialista Mario Silvestri se abstuvo, profundizando la grieta con el intendente.
Déficit, caos en los sistemas informáticos y una situación que cada vez está peor. Una funcionaria ligada al adolfismo se quedaría con el cargo, en caso que la ministra Nigra acepte la dimisión de Jorge Vergara.
El concejal oficialista rompió filas con el bloque y no apoyó el balance municipal. Cuestionó errores, falta de información y disparó contra la presidenta del Concejo, Laura Sánchez, a quien no reconoce como parte del poggismo.