
Afiliados denuncian que la histórica fuerza liberal de San Luis cayó en manos de un pequeño círculo de los Arancibia. Sin internas, sin balances y con alianzas secretas, el PD atraviesa su hora más oscura.
Era una de las obsesiones del gobernador, Claudio Poggi. En su lugar, pondrían a Rafael Berruezo, actual director de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad. El oficialismo avanzará con una “reforma” que prevé cambiar los integrantes del Superior Tribunal y de algunas fiscalías, entre otros cargos.
ActualidadEl procurador general de la provincia, Luis Martínez, presentó su renuncia este martes tras las críticas directas del gobernador Claudio Poggi, marcando un nuevo ataque a la independencia judicial. La dimisión , orquestada tras un cerco mediático y político no es un simple cambio de fichas. Es la consumación de un lawfare puntano, en el que el oficialismo utiliza la Justicia como herramienta de guerra política.
El reemplazo sería Rafael Berruezo —operador judicial y hombre de confianza del Ministerio de Seguridad—, que se convertiría en el nuevo jefe de campaña. Es que la intención del gobierno es hacer desfilar a los integrantes del gobierno anterior por tribunales, para encauzar una campaña que busca tapar el desastre que es la gestión. Lo mismo que sucedió durante la presidencia de Mauricio Macri, referente político de Poggi, cuando usó el Estado y los tres poderes para atacar a la oposición.
La supuesta “reforma judicial integral” que pretende instalar Poggi tiene varios objetivos. Uno es modificar los integrantes del Superior Tribunal, otro tiene que ver con “alinear” fiscales, jueces y hasta el propio SIJUPU, uno de los gremios más combativos a su administración. Y el principal es poner funcionarios a dedo para garantizarse, una futura protección de complicarse la cuestión política.
No es modernización, sino más bien un reset de fábrica para que el sistema opere con el manual del poggismo. El mismo gobernador que ayer se rasgaba las vestiduras ante cualquier sombra de intromisión en los poderes del Estado, hoy opera para poner personajes de confianza en lugares claves de la Justicia.
La fórmula es tan grotesca como evidente. El gobierno falló en su gestión, generó más pobreza, incrementó negativamente todos los índices, mutiló el sistema sanitario, congeló los sueldos y ya no hay relato que tape la realidad de un gobierno golpeado. Poggi necesita desviar la atención de manera urgente con las denuncias contra el gobierno anterior —ahora convertidas en espectáculo— que son el humo que oculta el incendio de una gestión que no sabe apagar su propia mediocridad.
En San Luis ya no se debate la separación de poderes. Desde que asumió, el oficialismo se aseguró con su billetera a distintos legisladores que tenían ganas de ser comprados. Lo que configuró un reordenamiento insólito en la Legislatura, donde por los votos y el sistema democrático, Poggi seguía teniendo la minoría, a pesar de haber ganado las elecciones.
Hoy lo que comenzó con una renuncia forzada es la antesala de un régimen donde la Justicia será juez, jurado e influencer de campaña. Con un gobernador que busca convertirse en una especie de emperador. Pero más parecido a un Nerón que a un Julio Cesar.
Afiliados denuncian que la histórica fuerza liberal de San Luis cayó en manos de un pequeño círculo de los Arancibia. Sin internas, sin balances y con alianzas secretas, el PD atraviesa su hora más oscura.
El gremio comenzó un plan de lucha en toda la provincia reclamando una recomposición salarial urgente. Señalan que ningún trabajador municipal supera la línea de pobreza y denuncian la discrecionalidad del gobierno de Poggi en el reparto de fondos.
La maquinaria comunicacional de Claudio Poggi se volcó sin disimulo a publicitar a los candidatos libertarios, aunque el propio mandatario asegura no tener injerencia en el armado. Una contradicción que expone la trama de poder detrás del escándalo.
Cuatro diputados armaron un nuevo bloque en Diputados y dejaron en evidencia la fragilidad de La Libertad Avanza.
El gobernador intenta tomar distancia del escándalo que salpica a su entorno, con un arreglo entre Bullrich y Menem.
El caso que reveló El Mosquito Puntano sobre el “método Trombotto” trascendió San Luis y ahora es tema en la pantalla de Canal 9. La trama de viandas escolares, galpones y empresas amigas expone el modelo de negocios del oficialismo de Claudio Poggi.
La obra social provincial atraviesa una crisis sin precedentes. Desde el Círculo Médico aseguran que el gobierno nunca tuvo intención de negociar y utilizó su aparato mediático para deslegitimar a los profesionales.
Por El Profesor Aedes
La maquinaria comunicacional de Claudio Poggi se volcó sin disimulo a publicitar a los candidatos libertarios, aunque el propio mandatario asegura no tener injerencia en el armado. Una contradicción que expone la trama de poder detrás del escándalo.
El gremio comenzó un plan de lucha en toda la provincia reclamando una recomposición salarial urgente. Señalan que ningún trabajador municipal supera la línea de pobreza y denuncian la discrecionalidad del gobierno de Poggi en el reparto de fondos.
Afiliados denuncian que la histórica fuerza liberal de San Luis cayó en manos de un pequeño círculo de los Arancibia. Sin internas, sin balances y con alianzas secretas, el PD atraviesa su hora más oscura.