
Un informe de julio 2025 revela que la provincia lidera el ranking nacional de interés resarcitorio para contribuyentes que adeudan el impuesto a los Ingresos Brutos. La tasa alcanza el 7%, por encima de Buenos Aires y Santa Cruz.
La conducción actual del centenario partido elige ir de "furgón de cola" en la alianza Cambia San Luis. Mientras crece el descontento interno y las críticas por la "arrodillada" de Álvarez Pinto.
Actualidad03 de diciembre de 2024El radicalismo de San Luis, con Juan Álvarez Pinto a la cabeza, ha decidido abandonar toda pretensión de autonomía política y entregarse al oficialismo de Claudio Poggi, convirtiéndose en un apéndice obediente del bloque Avanzar. La UCR, otrora bastión de ideales y debates encendidos, ahora parece un partido dispuesto a seguir al “líder” sin chistar, incluso cuando las decisiones contradicen su propia narrativa histórica.
La reciente resolución del Comité Ejecutivo Provincial de la UCR lo confirma: los diputados provinciales Ivana Ricca y Javier Giménez se integrarán al bloque Cambia San Luis, una jugada orquestada por Álvarez Pinto que expone la crisis interna y el desmoronamiento de cualquier vestigio de liderazgo dentro del radicalismo puntano. La "orgánica" del partido se impuso, aunque no sin resistencias. Pero la pregunta que resuena es clara: ¿a qué costo?
Mientras Poggi utiliza los cargos como herramienta disciplinadora, los radicales parecen aceptar estas migajas como si fueran maná caído del cielo. Fuentes del poggismo no ocultaron su desprecio por esta actitud, tachándola de una “entrega” indigna. “Están tan desesperados por los cargos que firman cualquier cosa”, habría comentado un dirigente oficialista, sintetizando el sentimiento de quienes ven en esta movida una capitulación vergonzosa.
El objetivo de la UCR parece reducido a una única meta: recuperar el Ministerio de Turismo y Cultura, una cartera que no solo significa presencia institucional, sino también el acceso a los recursos que tanto necesita un partido con escasa musculatura en la actualidad.
Sin embargo, el idilio entre Poggi y Álvarez Pinto está lejos de ser armonioso. Para el gobernador, el radicalismo es un socio incómodo y, si bien no lo puede descartar del todo, no duda en someterlo a un rigor político que raya en el desprecio. El permiso especial otorgado a Alejandro Cacace para sumarse al gabinete de Javier Milei es un claro ejemplo de la fragilidad de esta alianza. Poggi no tolera disidencias, ni siquiera dentro de sus filas, y menos aún en un momento en el que su gestión enfrenta cuestionamientos por su incapacidad de lidiar con las críticas internas y su falta de conducción política.
Los ecos de disconformidad en la UCR no se han hecho esperar. Dirigentes históricos ven esta decisión como una humillación. “No podemos estar en una alianza y ser furgón de cola por dos conchabos”, disparó un ex legislador nacional, sintetizando el enojo de quienes consideran que el partido ha perdido su esencia por el ansia de supervivencia.
La maniobra de Álvarez Pinto no solo expone la crisis del radicalismo en San Luis, sino que también evidencia la incapacidad del poggismo para liderar una alianza robusta y plural. Si el radicalismo puntano ha decidido arrodillarse, lo ha hecho no por convicción, sino por un pragmatismo que, más temprano que tarde, podría costarle caro. La pregunta que queda flotando es si este entreguismo será suficiente para garantizar la paz interna en Cambia San Luis o si será solo el preludio de nuevas fracturas.
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La Municipalidad de San Luis presentó como un logro la reubicación de luminarias en el barrio Mirador del Portezuelo, que días antes habían sido desmontadas por la misma administración. Tras los reclamos vecinales, fueron reinstaladas con una improvisada protección “antivandálica”. La maniobra ya había sido denunciada por concejales de la oposición.
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Mientras los hospitales enfrentan la falta de insumos, las escuelas atraviesan el invierno sin calefacción y los salarios estatales continúan congelados, la administración provincial acumuló una suma récord de recursos no ejecutados. Los números también desmienten el argumento del recorte nacional: la coparticipación creció y benefició especialmente a los intendentes aliados.
Cuando las manifestaciones llegaron a Terrazas del Portezuelo, el gobierno accedió a las demandas de los vecinos del barrio La Vecindad, que reclamaban acceso a la electricidad.
Se repite un patrón que compromete seriamente a la gestión municipal, como en los casos de los camiones y las cuadrillas de limpieza, se favorece sistemáticamente a las propuestas más costosas. Las firmas desplazadas denuncian un mecanismo direccionado y que roza la corrupción, y ya no puede disimularse.
Moriñigo y Gil viajaron a Uruguay y no cayó bien en la casa de altos estudios, mientras se agrava el conflicto en Dospu y faltan recursos en distintas áreas.
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Profesionales advirtieron una vez más sobre la crisis en el sistema sanitario. Denuncian la falta de recursos humanos, salarios por debajo de la media y una política de salud desmantelada desde la llegada de Claudio Poggi al poder.
Una encuesta nacional reveló que el 44% de los argentinos teme quedarse sin trabajo. El dato refleja el deterioro de las condiciones laborales y el impacto real del ajuste en la vida cotidiana de las familias.