
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
Mientras la inseguridad crece a diario, el gobierno recicla recetas que no funcionaron.
Actualidad09 de octubre de 2024El regreso del "Plan Alarma Puntana" en San Luis, liderado por el gobernador Claudio Poggi y el intendente Gastón Hissa, ha generado críticas y descontento entre los vecinos que viven bajo una constante amenaza de inseguridad. Lejos de ser la respuesta esperada, la estrategia de repintar nodos de vigilancia y añadirles una sirena parece más una puesta en escena que una verdadera solución. Esta misma medida, que fracasó rotundamente en la primera gestión de Poggi, vuelve a resurgir sin cambios significativos, perpetuando un ciclo de iniciativas superficiales que no abordan las causas profundas de la criminalidad.
La realidad es que la inseguridad en San Luis no se resuelve con intervenciones cosméticas. Durante la primera gestión de Poggi, los índices de criminalidad se dispararon, triplicándose en algunos casos. Hoy, en un contexto de pobreza creciente, esa tendencia parece no solo mantenerse, sino que amenaza con empeorar. Las estadísticas de robos y otros delitos aumentan a medida que la administración local parece estar paralizada, y el gobierno provincial se refugia en acciones de fachada.
Uno de los principales factores que agravan la crisis es el debilitamiento de las fuerzas de seguridad. Los agentes, cada vez más exigidos, operan en condiciones precarias, lo que afecta directamente su capacidad de respuesta. La "renovación" de los nodos, trae aparejada una incomodidad y el deterioro de la herramientas laborales, ya que les han retirado los aires acondicionados que tenían, lo que provocará un malestar en quienes presten sus funciones en dichos espacios.
La ministra de Seguridad, Nancy Sosa, que anteriormente criticaba y prometía desde la oposición, ahora enfrenta una realidad que parece superarla. Su gestión, caracterizada por la improvisación, es reflejo de la incapacidad institucional para hacer frente al problema.
El acto de reinauguración de los nodos de vigilancia pintados de blanco no solo fue percibido como un gesto vacío, sino como una burla. Vecinos como Andrés y Rogelio no tardaron en expresar su indignación. Según ellos, lo que falta no es más pintura ni aplicaciones tecnológicas que la mayoría no sabe usar, sino una presencia policial efectiva y políticas de seguridad con impacto real. La desconexión entre los funcionarios y la comunidad es palpable: mientras Poggi y Hissa se enfocan en gestos simbólicos, los ciudadanos continúan viviendo en la incertidumbre y el temor.
El enfoque actual del gobierno, centrado en actos públicos y fotos, revela una preocupación mayor por mantener una narrativa de acción que por implementar cambios estructurales. Sin embargo, la inseguridad en San Luis sigue creciendo, y los vecinos ya no se conforman con promesas ni con espectáculos mediáticos. La solución no se encuentra en el "maquillaje" de medidas obsoletas, sino en el desarrollo de políticas integrales que enfrenten la crisis de manera frontal.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
Editorial mosquitera.
La diputada nacional renunció a su postulación como suplente en la lista del justicialismo puntano y respaldó sin matices a Jorge “Gato” Fernández y Gloria Petrino. Reafirmó que la prioridad es la unidad para enfrentar el avance libertario.
El propio gobierno reconoce que con el ritmo de construcción previsto, la solución habitacional para las más de 66 mil familias inscriptas llegaría recién en 60 años. Una ley votada por todos, que patea la promesa de campaña y consolida la política de la emergencia como estrategia de gestión.
A casi dos años de gestión, el intendente de San Luis convierte tareas de mantenimiento en actos de gobierno, mientras la capital se deteriora entre cloacas desbordadas, basura acumulada y un centro tomado por manteros.
Editorial mosquitera.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.