
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
ActualidadHace 5 horasEl poder tiene sus metáforas y la más precisa para describir a Claudio Poggi es la del nogal. Como el árbol que libera juglona para que nada crezca a su alrededor, el gobernador desplegó su química política destructiva, asfixió aliados, bloqueó rivales y contaminó el suelo en el que podría surgir cualquier competencia.
El gobernador se encuentra atrapado en lo que muchos ya definen como una “estafa electoral permanente”. No cumplió con las promesas de campaña y, en vez de construir poder real, se dedicó a maniobras de desgaste. Cerró en las sombras con La Libertad Avanza a través de Eduardo “Lule” Menem, dejando fuera de juego a sus supuestos aliados.
El radicalismo y el adolfismo quedaron reducidos a meros extras en la puesta en escena del oficialismo. Y, como si no alcanzara con vaciar a sus propios socios, Poggi intervino de lleno en el armado libertario, que terminó en ruinas.
El parásito político
Carlos González D’Alessandro, diputado libertario, no tuvo reparos en definirlo: “Poggi es un parásito”. Donde entra, rompe. Y esa parece ser su única estrategia de supervivencia. Lo suyo no fue una jugada de ajedrez, sino un manotazo desesperado para mantener el control de su endeble frente político.
El resultado, listas intervenidas, sellos partidarios sin peso y un oficialismo reducido al capricho de un solo hombre.
Desde sus medios afines intentó instalar que la lista libertaria había sido diseñada por los propios libertarios. Pero la farsa se desmoronó en cuestión de horas. La boleta terminó plagada de figuras recicladas del PRO y del propio poggismo, con escasa o nula representación libertaria.
A pesar de todo, los dirigentes de Milei en San Luis exhibieron una ingenuidad política llamativa, buscaron “códigos” donde nunca existieron, sin advertir que Poggi ya les había carcomido la interna.
Un destructor por naturaleza
El saldo es claro, el oficialismo puntano está más fracturado que nunca, con partidos que no mueven el amperímetro y un espacio libertario vaciado de representación real. Milei, desde la Casa Rosada, dejó en evidencia que San Luis no le importa, ni tampoco dejar en el ridículo a sus dirigentes.
Poggi, en cambio, volvió a demostrar que lo suyo no es gobernar ni construir. Su especialidad es otra, destruir todo lo que toca.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
Editorial mosquitera.
La diputada nacional renunció a su postulación como suplente en la lista del justicialismo puntano y respaldó sin matices a Jorge “Gato” Fernández y Gloria Petrino. Reafirmó que la prioridad es la unidad para enfrentar el avance libertario.
El propio gobierno reconoce que con el ritmo de construcción previsto, la solución habitacional para las más de 66 mil familias inscriptas llegaría recién en 60 años. Una ley votada por todos, que patea la promesa de campaña y consolida la política de la emergencia como estrategia de gestión.
A casi dos años de gestión, el intendente de San Luis convierte tareas de mantenimiento en actos de gobierno, mientras la capital se deteriora entre cloacas desbordadas, basura acumulada y un centro tomado por manteros.
La salida de Ignacio Morris de Turismo expone un nuevo capítulo de tensión entre el radicalismo y Claudio Poggi. El gobernador vuelve a cargar culpas sobre sus aliados mientras protege a su círculo más cercano.
Editorial mosquitera.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.