
Afiliados denuncian que la histórica fuerza liberal de San Luis cayó en manos de un pequeño círculo de los Arancibia. Sin internas, sin balances y con alianzas secretas, el PD atraviesa su hora más oscura.
Sumido en la soberbia que lo caracteriza no hizo autocrítica alguna de la administración que encabeza. Golpes a la prensa y acto que no tuvo acompañamiento popular.
ActualidadEstaba claro no hay nada que festejar, pero hasta los más opositores esperaban algún anuncio, una línea a seguir, un esbozo de propuestas y nada de eso ocurrió. El discurso de Gastón Hissa, este viernes en el Concejo Deliberante, fue tal cual su función como intendente. Una amalgama entre amateurismo, con una falsa moral y el dedo señalador de un “acusador” que se cree por encima, aún de los propios vecinos de la Ciudad.
La escena esperaba otra cosa, las filtraciones le indicaban que un grupo de las personas que despidió iban a escracharlo por echarlos sin justificación. El mismo Hissa con la obsesión que lo caracteriza, valló el Legislativo municipal como lo hizo en la Municipalidad para evitar tener contacto con la gente. El mismo que repite constantemente que está en los barrios (hasta ahora nadie lo vio), se encierra para no ver a nadie. Una conducta cuasi adolescente que evidencia la incomodidad que tiene al ser intendente.
El relato de su comunicación trata de mostrarlo cercano, una característica de la carece y que demuestra día a día. “Quién nada debe, nada teme”, dice el viejo refrán. Hissa al parecer debe mucho por eso no puede darle la cara ni a los periodistas a los que manda a apretar y después invita al despacho sobrepensando el papelón que ordenó hoy la apertura de sesiones. Con la patota de unos de sus delfines preferidos, el condenado judicial, Edgar Magallanes, quien forma parte de la gestión de manera extraoficial, ya que no puede ejercer ningún cargo por haber sido encontrado culpable de delitos contra el Municipio.
El discurso fue la imagen de los 80 días que lleva de gestión. Sin anuncio de recomposición salarial, obras o políticas serias. No hubo nada, solo una nueva sesión del Hissa fiscal y detractor. Hasta se animó a culpar a la gestión anterior por la pésima administración que lleva su hermano en los servicios públicos. Un momento que despertó más de una mueca en el recinto, entre propios y extraños.
-“Nemo auditur propriam turpitudinem allegans”- Nadie puede alegar a su favor, su propia torpeza. Es un principio universal del Derecho según el cual ninguna persona puede alegar a su favor su propia culpa, en razón a que sus actos y consecuencia son su responsabilidad. Es algo que el autor de ese discurso carente de sentido y lleno de resentimiento no tuvo en cuenta antes de pasarlo al intendente.
Ni siquiera el gobernador Claudio Poggi acompañó a un denostado intendente. Los sobresueldos, los despidos, la violencia institucional y el grave abandono de los barrios han desmejorado la imagen del jefe comunal.
Custodiado a lo Donald Trump, Hissa sigue rifando un capital político al que no le queda mucho hilo. A lo Macri apostó a la “Pesada herencia”, la última línea para tapar una gestión que hasta hoy promete ser las peores que se han visto en la historia contemporánea.
Afiliados denuncian que la histórica fuerza liberal de San Luis cayó en manos de un pequeño círculo de los Arancibia. Sin internas, sin balances y con alianzas secretas, el PD atraviesa su hora más oscura.
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La maquinaria comunicacional de Claudio Poggi se volcó sin disimulo a publicitar a los candidatos libertarios, aunque el propio mandatario asegura no tener injerencia en el armado. Una contradicción que expone la trama de poder detrás del escándalo.
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Por El Profesor Aedes
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