
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
Parece que el intendente de San Luis, Gastón Hissa, sufre de una curiosa afección que le impide hacer cuentas simples: una especie de discalculia electiva, una condición que le dificulta sumar cuando se trata de sus propios funcionarios. Según su relato, apenas tiene "70 funcionarios". Pero los números oficiales, esos que no mienten, dicen otra cosa: 110 cargos en el organigrama, de los cuales 25 están vacantes y 6 están subrogados. Entonces, ¿de dónde sale esa cifra mágica que menciona el jefe comunal?
La respuesta es simple, pero reveladora. Para sostener su relato de un gobierno austero, el intendente ha recurrido a una estrategia tan ingeniosa como obvia: ubicar a empleados municipales en roles clave sin que sean oficialmente reconocidos como funcionarios. Estos empleados, ya sea bajo el régimen de planta permanente o como locadores, cobran sueldos por encima de la media y asumen responsabilidades propias de cargos formales. Así, sin que sus nombres figuren en los registros de funcionarios, mantienen el equilibrio de un organigrama que oculta más de lo que muestra.
La mayoría de estos empleados "informales" están alineados políticamente con el sector de Edgar Magallanes y el gremio de obras sanitarias, asegurando que el engranaje funcione bajo las reglas del intendente.
A esto se suma una tendencia alarmante: funcionarios que renuncian solo para ser recontratados como locadores, ganando sueldos superiores a los que percibían antes.
Este mecanismo no solo les otorga mayores ingresos, sino que les permite evitar incompatibilidades legales. Un ejemplo claro es el de Romina Tandura, quien renunció a su puesto y pasó a ser locadora, ganando más dinero y eludiendo restricciones que, como funcionaria, le habrían impedido acceder a un cargo docente o recibir una vivienda. Este juego de renuncias estratégicas y contratos a medida se ha convertido en una práctica habitual en la gestión de Hissa.
El Mosquito Puntano ya había advertido sobre esta metodología, diseñada para que Hissa continúe gobernando a base de ficciones. El relato de un "intendente austero con pocos funcionarios" se desmorona apenas se rasca la superficie. Gobernar desde las apariencias y manipular las cifras es, al parecer, el modus operandi de esta administración que vive en un mundo paralelo.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
Editorial mosquitera.
La diputada nacional renunció a su postulación como suplente en la lista del justicialismo puntano y respaldó sin matices a Jorge “Gato” Fernández y Gloria Petrino. Reafirmó que la prioridad es la unidad para enfrentar el avance libertario.
El propio gobierno reconoce que con el ritmo de construcción previsto, la solución habitacional para las más de 66 mil familias inscriptas llegaría recién en 60 años. Una ley votada por todos, que patea la promesa de campaña y consolida la política de la emergencia como estrategia de gestión.
A casi dos años de gestión, el intendente de San Luis convierte tareas de mantenimiento en actos de gobierno, mientras la capital se deteriora entre cloacas desbordadas, basura acumulada y un centro tomado por manteros.
Editorial mosquitera.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.