
Están previstas para 30 de octubre. Las maniobras del oficialismo para sacar de escena a Laura Sánchez y colocar a Fernando Aguilera en el Concejo Deliberante.
El gobernador rompió la ley que él mismo creó para apoyar a Trombotto, en medio de la ola de denuncias en su contra.
Actualidad09 de mayo de 2025Claudio Poggi cruzó una línea grave. No solo desoyó una norma electoral que él mismo impulsó, sino que la vulneró con total premeditación y cinismo. Este jueves, en la localidad de San Martín, encabezó un acto que se presentó como de campaña, pero fue en los hechos un acto de gestión encubierto para apuntalar a Federico Trombotto, el candidato oficialista que no logra despegar.
El hecho no es menor. La Ley XI-1149-2024, sancionada hace apenas unos meses con la excusa de “garantizar la transparencia” en las elecciones provinciales, establece con claridad que durante los siete días previos a los comicios queda prohibida la realización de actos de gobierno o publicidad oficial que puedan inducir el voto. El acto tuvo recursos públicos, presencia de funcionarios, arengas políticas y —aunque no lo admitan— objetivos proselitistas.
Lo escandaloso no es solo la transgresión legal, sino la impunidad con la que se lleva a cabo. Nadie intervino, nadie frenó el atropello. La justicia electoral, por ahora, elige el silencio. Los organismos de control, ausentes. El gobierno juega con las reglas como si fueran plastilina, moldeándolas a conveniencia y rompiéndolas si hace falta.
Poggi convirtió su ley estrella en papel mojado antes de que cumpliera un año. La institucionalidad que tanto pregona terminó reducida a un decorado útil mientras sirva a sus fines electorales
Ni la puesta en escena logró salvarlo, hubo menos de 50 personas, en un despliegue que costó miles. Pero el verdadero costo no es solo institucional, es democrático. Si el gobernador de la provincia se permite violar una ley electoral en plena campaña, ¿qué margen queda para la competencia limpia?
Poggi actúa como si tuviera inmunidad moral. Como si las reglas no fueran para él, sino para los demás. Mientras tanto, su administración acumula denuncias, aprietes, contratos fantasmas, persecuciones y un descontento social creciente. Y cuando la legalidad se convierte en obstáculo, no duda en saltarla.
La pregunta ya no es si el gobernador cometió una infracción, sino si alguien en San Luis está dispuesto a decirle que el poder tiene límites. Porque si nadie lo hace, lo que está en juego no es una elección, es la credibilidad misma del sistema democrático provincial.
Están previstas para 30 de octubre. Las maniobras del oficialismo para sacar de escena a Laura Sánchez y colocar a Fernando Aguilera en el Concejo Deliberante.
Mientras la inflación pulveriza los sueldos, el intendente Gastón Hissa insiste en maquillar la crisis salarial con acuerdos bancarios. Más endeudamiento, menos alivio real para los trabajadores.
El programa habitacional del gobierno de Claudio Poggi deja afuera a miles de familias sin terreno. La promesa de un techo digno terminó reducida a una maqueta de una habitación con baño.
En los pasillos del Tribunal de Cuentas se comenta que el diputado oficialista Carlos “Charly” Pereira no habría rendido una millonaria suma correspondiente a módulos legislativos. Mientras tanto, el Gobierno provincial mantendría una cómoda ceguera ante el caso, aunque exige transparencia a los opositores.
Mientras la provincia atraviesa una crisis económica, sanitaria y social sin precedentes, el gobierno de Claudio Poggi dedica tiempo y recursos a remover la tumba de Luis Lusquiños en Terrazas del Portezuelo. Un gesto que revela más sobre su forma de gobernar que cualquier discurso oficial.
San Luis se ubica entre las provincias con mayor deterioro salarial docente del país y, al mismo tiempo, entre las más caras para alimentarse. Dos datos que revelan la magnitud del ajuste en curso bajo la gestión de Claudio Poggi, los sueldos pierden poder real mientras los precios se disparan.
Los medios alineados al poggismo intentaron instalar que gremialistas de ATE agredieron a una mujer, pero las imágenes muestran lo contrario, fue la presidenta del Concejo, Laura Sánchez, quien intentó armar la escena. El trasfondo revela una maniobra política para tapar el reclamo por violencia laboral en la gestión de Hissa.
El Gobierno prometió viviendas, pero terminó ofreciendo materiales para construir una pieza. Las redes estallaron y el descontento crece, miles de familias sin terreno quedaron fuera de un sistema improvisado y excluyente.
Mientras la provincia atraviesa una crisis económica, sanitaria y social sin precedentes, el gobierno de Claudio Poggi dedica tiempo y recursos a remover la tumba de Luis Lusquiños en Terrazas del Portezuelo. Un gesto que revela más sobre su forma de gobernar que cualquier discurso oficial.
En los pasillos del Tribunal de Cuentas se comenta que el diputado oficialista Carlos “Charly” Pereira no habría rendido una millonaria suma correspondiente a módulos legislativos. Mientras tanto, el Gobierno provincial mantendría una cómoda ceguera ante el caso, aunque exige transparencia a los opositores.
El programa habitacional del gobierno de Claudio Poggi deja afuera a miles de familias sin terreno. La promesa de un techo digno terminó reducida a una maqueta de una habitación con baño.
Mientras la inflación pulveriza los sueldos, el intendente Gastón Hissa insiste en maquillar la crisis salarial con acuerdos bancarios. Más endeudamiento, menos alivio real para los trabajadores.
Están previstas para 30 de octubre. Las maniobras del oficialismo para sacar de escena a Laura Sánchez y colocar a Fernando Aguilera en el Concejo Deliberante.