Asustados por los números, Olivero y Luciano Ayala armaron una opereta contra un candidato del peronismo en La Punta

Desesperados a días de las elecciones, el oficialismo apeló a sus medios pagados con fondos públicos para denostar a Tincho Bastías. La maquinaria de mentir, cuando los números no dan.

ActualidadEl martesRedacciónRedacción
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La recta final hacia las elecciones encuentra al oficialismo de La Punta en una situación incómoda: aislado, desgastado y con números en baja. La gestión de Luciano Ayala, con Martín Olivero como mentor político, enfrenta una creciente desaprobación social que ya no puede ser disimulada ni siquiera con encuestas maquilladas. En este contexto, lejos de revisar errores o dar respuestas concretas a los reclamos de los vecinos, decidieron recurrir a una práctica conocida por el poggismo, la operación mediática.

El blanco fue esta vez el primer candidato a concejal por el peronismo, Tincho Bastías. A través de una emisora local vinculada directamente a la intendencia, difundieron un supuesto informe que intentó vincular al candidato con algunas maniobras sucias. El contenido carece de sustento, no presenta pruebas, y se limita a instalar sospechas sin ningún respaldo. Es una estrategia clásica del poggismo en alerta y se trata deslegitimar al adversario cuando no se tienen argumentos para confrontar políticamente.

Bastías respondió con firmeza. En un comunicado publicado en sus redes sociales, denunció la maniobra como un intento desesperado del oficialismo por evitar que acceda al Concejo Deliberante. “Ayer fui difamado por el oficialismo. Dicen mentiras porque tienen temor de que ingrese al Concejo y controle los movimientos sucios que hace el municipio con el dinero de todos los vecinos”, señaló.

Detrás de la operación se encuentra el asesor de prensa del municipio, Emanuel Moreno, quien además es propietario del portal El Puntano y productor en San Luis +, dos medios que actúan como plataformas de propaganda del oficialismo. El uso de recursos públicos para financiar campañas de desprestigio refleja una preocupante falta de ética institucional

Lo que queda expuesto es el intento por sostener un aparato de poder que perdió conexión con la realidad de los vecinos. Las maniobras mediáticas, lejos de fortalecer al oficialismo, lo exhiben en su fragilidad, recurriendo a viejas recetas para intentar frenar el ascenso de una alternativa política que, esta vez, parece tener respaldo genuino en las urnas.

La Punta llega a las elecciones con una gestión que no logra justificar su continuidad y una oposición que incomoda. En ese choque de escenarios, las operaciones no hacen más que confirmar el temor del poder a perder. 

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