Dura agresión contra un trabajador en la Municipalidad de San Luis

Se conoció un video que muestra imágenes de un hombre golpeando a un empleado por no abrirle la puerta fuera de horario. Municipales aseguran que este tipo de situaciones son moneda corriente en el ambiente hostil en el que viven a diario. Según indicaron, el agresor sería un abogado muy cercano al círculo de poder provincial.

Actualidad12 de diciembre de 2024RedacciónRedacción
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Un trabajador municipal fue brutalmente agredido en el Centro de Atención al Vecino (CAV) del Centro, y el silencio que rodea el hecho es tan ensordecedor como revelador. Las imágenes del ataque, captadas en un video que llegó a la redacción de El Mosquito Puntano, muestran a un hombre irrumpiendo fuera de horario e intentando abrirse paso a golpes. Pero lo más escandaloso no es el ataque en sí, sino quién sería el agresor: un abogado muy cercano a las altas esferas del poggismo.

Lo que en cualquier gestión sería un llamado de atención, aquí parece ser solo otro capítulo de la novela de abusos y desidia que se vive desde diciembre en la Municipalidad de San Luis. El trabajador, golpeado dos veces por negarse a abrir la puerta fuera de horario, no recibió ni siquiera el apoyo inmediato de sus superiores. Martín Carmona, director municipal de Comercio y jefe del empleado agredido, intervino de manera tan tibia que bien podría haberse quedado viendo la escena desde la comodidad de su oficina.

¿Quién protege al agresor?

La falta de acción trasciende lo humano y se instala en lo político. Según trascendió, el abogado agresor tendría vínculos directos con las altas esferas del gobierno provincial y con el propio intendente Hissa. ¿Es esta la razón por la que ningún otro medio levantó el video? Todo apunta a que sí. Fuentes que hicieron llegar la grabación a distintos medios aseguran que la cercanía del atacante con quienes manejan las pautas publicitarias es un escudo más efectivo que cualquier defensa legal.

Hostilidad institucionalizada

La agresión no es un caso aislado; es un síntoma de un sistema que gobierna por coerción y no por consenso. Desde que Hissa asumió, la Municipalidad ha sido un hervidero de despidos, maltratos y persecuciones laborales. El ambiente, descrito por los propios empleados como hostil, parece ser el caldo de cultivo perfecto para situaciones como esta.

Según se cotejó no hay ninguna denuncia en sede judicial ni alguna cuestión administrativa en el Municipio. Solo resta saber si el empleado que sufrió el ataque, tuvo heridas de consideración y si recibió el tratamiento adecuado. 

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