
Editorial
A pesar de que el gobierno informó una ocupación hotelera del 75 al 80%, los datos reales indican que apenas se alcanzó el 70%, según hoteleros y la CAME.
Provinciales15 de octubre de 2024El sector turístico de San Luis está lejos de los números optimistas que promociona el gobierno provincial. A pesar de que desde la administración de Claudio Poggi se aseguró que la ocupación hotelera llegó al 75%, o incluso al 80% en algunos puntos, los datos reales muestran un panorama menos alentador. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y los hoteleros locales desmienten estas cifras y sostienen que la ocupación apenas alcanzó el 70%, con sectores clave como Balde y San Gerónimo representando los pocos puntos con reservas destacables.
Claudio Álvarez, secretario general de UTHGRA en San Luis, fue uno de los primeros en cuestionar la veracidad de los datos oficiales: “El fin de semana fue bueno, pero las cifras que se informan no son correctas. Hablar de un 80% de ocupación no refleja la realidad que vivimos”. Sus palabras resuenan en un contexto en el que el modelo turístico impulsado por el ministro radical Juan Manuel Rigau enfrenta serias críticas desde su llegada.
En una conferencia de prensa, el gobierno provincial afirmó que San Luis fue la quinta provincia más elegida por los turistas durante el último fin de semana largo. Sin embargo, el ministro de Turismo, Rigau, estuvo ausente, y el anuncio fue realizado por José Picco, director de Calidad y Desarrollo Turístico. La información oficial se basó únicamente en datos de reservas en localidades pequeñas, omitiendo el desempeño de los destinos más grandes de la provincia. Esto generó sospechas en el sector privado, que no tardó en expresar su disconformidad.
La CAME también salió al cruce, publicando una lista de los destinos más visitados del país, entre los que San Luis ni siquiera aparece. Mar del Plata, Villa General Belgrano, Esteros del Iberá y Bariloche encabezaron el ranking, dejando en evidencia el fracaso del relato provincial. Esta desconexión entre las cifras del gobierno y las reales expone, una vez más, las dificultades que enfrenta el "turismo gaucho", una estrategia promocional que Rigau impulsó desde que asumió el cargo en diciembre del año pasado.
El plan turístico, basado en la identidad gauchesca, no logró captar la atención que se esperaba. Es por eso, que el gobierno lanzó a las apuradas la marca ‘Conexión San Luis. Poggi colocó a su jefe de prensa, Diego Masci, como figura clave para relanzar el turismo provincial.
Fiel a su carencia de talento, el funcionario manifestó públicamente que la iniciativa se le ocurrió al ver personas andando en bicicleta por las sierras sanluiseñas. Pero las reuniones y los encuentros sectoriales organizados bajo esta iniciativa no han tenido el impacto deseado.
Mientras tanto, las críticas internas al ministro Rigau y su gestión son cada vez más evidentes. El radical aparece como uno de los ministros con más posibilidades de abandonar el gabinete en los próximos meses. El mal desempeño, las flojas propuestas y las promesas incumplidas del “turismo gaucho” parecen haber sellado su destino.
A partir de octubre, el gobierno ha anunciado una serie de mesas sectoriales que reunirán a representantes del sector público y privado, con el objetivo de escuchar las necesidades locales y reencauzar la política turística de la provincia. Sin embargo, el sector empresarial ya ha dejado en claro su escepticismo ante esta nueva estrategia, que parece más una respuesta improvisada ante el evidente fracaso del plan inicial que una solución de fondo a los problemas estructurales del turismo en San Luis.
El “turismo gaucho”, que pretendía atraer visitantes mediante una propuesta folclórica y tradicionalista, ha mostrado ser poco competitivo frente a otros destinos del país. Lejos de consolidar a San Luis como un referente turístico, la gestión de Rigau ha sumido al sector en una crisis de la que será difícil salir sin un replanteo profundo.
Editorial
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Editorial mosquitera.
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