Redacción
El oficialismo de San Luis atraviesa una de sus etapas más delicadas desde que Claudio Poggi asumió la gobernación. Las tensiones internas, que hasta hace poco se manejaban bajo la superficie, han comenzado a aflorar con fuerza, y los conflictos en las filas poggistas parecen estar a punto de desbordar.
El reciente despido de Laureano Endeiza, hermano del vicegobernador y estrecho colaborador de Facundo Santarone, es una clara muestra de que las grietas se profundizan en el círculo de poder del gobernador. Endeiza, quien tenía bajo su responsabilidad las webs institucionales, fue apartado por órdenes directas de Diego Masci, secretario de Comunicación, generando desconcierto y descontento dentro del partido. Este movimiento, que parece ser una señal de ajuste de cuentas en las esferas de la comunicación, ha dejado al descubierto una creciente fractura en la estructura del poggismo.
Poggi y Hissa: una relación desgastada
Otro foco de tensión se encuentra en la relación entre Poggi y el intendente de la ciudad de San Luis, Gastón Hissa. Mientras que el jefe comunal se ha destacado por organizar una maratón de actos casi semanal, Poggi ha comenzado a alejarse de estas puestas en escena, dejando claro su descontento con la estrategia del intendente. Fuentes cercanas al gobernador aseguran que está cansado de recibir críticas de los vecinos en cada visita a los barrios, donde las quejas por el mal estado de los servicios municipales son constantes.
Un ejemplo reciente de esta frustración es la visita organizada por Hissa para inaugurar la colocación de apenas 16 luminarias, un acto que, según fuentes del entorno provincial, costó más que las propias acciones anunciadas. En Terrazas no ven con buenos ojos la estrategia del intendente de convertir cualquier actividad en un acto público, lo que ha terminado diluyendo la relevancia de temas cruciales y evidenciando una gestión municipal desesperada por levantar la cabeza en medio de denuncias por desmanejos financieros y un sistema de servicios colapsado como nunca antes en la historia moderna de San Luis.
¿Palo para la UCR?
Las tensiones no se limitan solo a la gestión de Hissa. Dentro del oficialismo, la relación con los funcionarios radicales también se ha deteriorado. Desde el entorno de Poggi han comenzado a circular críticas que serían hacia miembros de la UCR, señalando su falta de compromiso y su supuesta ociosidad.
Entre los nombres que resuenan en estos cuestionamientos se encuentran Cacace y Rigau, a quienes acusan de pasar más tiempo en los cafés de la peatonal que atendiendo a los asuntos de la gestión pública. Este malestar ha generado roces con el radicalismo, un socio clave en la coalición oficialista.
Masci bajo la lupa
Diego Masci, secretario de Comunicación, se ha convertido en uno de los funcionarios más cuestionados dentro del gabinete. Sus pares lo critican por no estar a la altura de los tiempos actuales en materia de comunicación política. "Sigue trabajando como si estuviera en 2015", comentan en los pasillos del poder, señalando la falta de actualización en su estrategia y el desgaste de un relato oficialista que ha comenzado a perder fuerza. Aunque el gobierno ha logrado mantener a los medios "callados" a fuerza de pauta oficial, las fisuras en la narrativa se hacen cada vez más evidentes, y el control de la opinión pública empieza a escapárseles de las manos.
Reestructuraciones inminentes
Ante este escenario, los rumores sobre una nueva reestructuración del gabinete han ganado terreno. Se especula que las áreas de Seguridad, Ambiente y la Universidad de La Punta (ULP) están bajo la lupa para ser sometidas a cambios inminentes, ya que han sido percibidas como intrascendentes desde el inicio de la gestión. Los movimientos que se avecinan en el tablero político de San Luis pueden ser determinantes para estabilizar, o terminar de fracturar, el oficialismo.
En medio de esta tormenta interna, la habilidad de Poggi para "acomodar" las piezas será puesta a prueba una vez más. Pero esta vez, las tensiones parecen ser más profundas y difíciles de contener, dejando al espacio en una encrucijada crítica.
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