
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
El gobierno de Claudio Poggi atraviesa su momento de mayor tensión política, y la razón tiene nombre y apellido: Alberto Rodríguez Saá.
Actualidad31 de marzo de 2025La desesperación en el poggismo se traduce en movimientos torpes y evidentes. Primero, enviaron a sus apoderados a impugnar el logo del Frente Justicialista bajo la excusa que hacía "alusión" al exgobernador, Alberto Rodríguez Saá. Luego, recurrieron a sus operadores mediáticos financiados con fondos públicos para orquestar una serie de operetas contra los candidatos del PJ. Todo esto con un nivel de nerviosismo que roza el papelón.
Podría resumirse con un clásico grito de hinchada: “Poggi tiene miedo, Poggi tiene miedo”. Y es que el temor a Rodríguez Saá no es casualidad, las encuestas internas del gobierno revelan un descontento social que crece a pasos agigantados. Pobreza, inseguridad, salarios atrasados y una gestión que se desmorona son el telón de fondo de un oficialismo que intenta desviar la atención con maniobras desesperadas.
Poggi no cumplió una sola de sus promesas electorales y los problemas que prometió solucionar se han agravado. La pobreza se disparó, la inseguridad es un flagelo y los municipios están sumidos en el abandono. Sin embargo, su obsesionada preocupación sigue siendo la figura de Rodríguez Saá.
Ese amor-odio patológico que Poggi siente por quien alguna vez fue su líder se ha convertido en una constante en su espacio político. Tanto es así que sus editorialistas oficiales parecen más preocupados en pontificar sobre lo que Rodríguez Saá debería hacer que en explicar los fracasos del gobierno actual.
La realidad es que el temor reverencial que el poggismo le tiene al Alberto es más fuerte que cualquier operación. Se refleja en cada decisión desesperada, en cada maniobra para debilitar al peronismo y, sobre todo, en la ansiedad con la que intentan tapar un descontento social que ya no pueden ocultar.
No es solo una cuestión de impugnar un logo. Es el reflejo de un oficialismo acorralado por sus propios fracasos, que no encuentra otra estrategia que atacar a su sombra más temida, la de Alberto Rodríguez Saá.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
Editorial mosquitera.
La diputada nacional renunció a su postulación como suplente en la lista del justicialismo puntano y respaldó sin matices a Jorge “Gato” Fernández y Gloria Petrino. Reafirmó que la prioridad es la unidad para enfrentar el avance libertario.
El propio gobierno reconoce que con el ritmo de construcción previsto, la solución habitacional para las más de 66 mil familias inscriptas llegaría recién en 60 años. Una ley votada por todos, que patea la promesa de campaña y consolida la política de la emergencia como estrategia de gestión.
A casi dos años de gestión, el intendente de San Luis convierte tareas de mantenimiento en actos de gobierno, mientras la capital se deteriora entre cloacas desbordadas, basura acumulada y un centro tomado por manteros.
Editorial mosquitera.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.