
Trabajadores acusan a los directivos de ejercer un régimen laboral inhumano, con amenazas, vigilancia ilegal y sanciones arbitrarias. El verdadero mando lo tiene un concejal que ya sueña con la intendencia.
El oficialismo está preocupado por el nulo impacto de sus políticas públicas en la realidad. Este lunes preparan una nueva movida “comunicacional” con el inicio de clases en algunos parajes.
Actualidad21 de febrero de 2025Faltan 80 días para las elecciones y en el gobierno todo es caos. Las encuestas no dieron bien, las políticas públicas de la gestión Poggi no tienen asidero en la gente, y la desesperación empieza a filtrarse en cada movimiento oficialista.
Desde la usina de asesores recomendaron mejorar la comunicación, que hasta ahora roza la mediocridad. Pero en vez de hacer un esfuerzo real por conectar con la ciudadanía, el gobierno optó por redoblar la apuesta en su especialidad: el relato.
Diego Masci, el encargado de la comunicación oficial, elevó a los jefes de prensa un instructivo con recomendaciones precisas para que los funcionarios "salgan cercanos a la gente". Parece que, si la conexión con la ciudadanía no surge naturalmente, hay que construirla artificialmente. Al mejor estilo Goebbels, Masci busca que los fotógrafos creen las imágenes perfectas para graficar el supuesto apoyo popular de Poggi.
"Gobernar también es comunicar", advierte Masci en su nota interna, una frase más gastada que la paciencia de los sanluiseños.
El instructivo no solo detalla formatos y proporciones de las fotos, sino que además ordena producir imágenes que parezcan espontáneas, con funcionarios mezclados con la gente y alumnos posando con computadoras entregadas en escuelas rurales. Otro refrito de una política que el poggismo recicló de la gestión anterior.
"Si se hace una foto grupal con las computadoras, deben mostrar el ploteo de Conectando Parajes", reza el documento. Nada se deja al azar en la puesta en escena del gobierno.
Masci no es un experto en comunicación institucional ni mucho menos. Su gestión es una de las peores y solo sobrevive gracias a su habilidad para las operaciones políticas. Es mucho más entretenido en redes sociales, donde se dedica a atacar a la oposición y justificar a capa y espada los horrores de la gestión Poggi, que en su rol como estratega comunicacional. Su visión está atrasada una década, anclada en una narrativa opositora que ya no convence a nadie.
En un gobierno que hace agua por todos lados, la única respuesta parece ser el maquillaje. Pero en San Luis, el maquillaje ya no tapa las grietas.
Trabajadores acusan a los directivos de ejercer un régimen laboral inhumano, con amenazas, vigilancia ilegal y sanciones arbitrarias. El verdadero mando lo tiene un concejal que ya sueña con la intendencia.
El análisis político más querido y odiado por la runfla aparece un lunes. Otro invento para justificar lo poco amenos al trabajo que son los redactores de esta sección. Comencemos..
El mandatario forma parte del grupo de gobernadores ex macristas que quieren congraciarse con el presidente Javier Milei. Para ello, prometieron no votar las dos iniciativas que presentó la oposición. El peligro de que el poggismo tenga más bancas en las elecciones de octubre.
Un informe de julio 2025 revela que la provincia lidera el ranking nacional de interés resarcitorio para contribuyentes que adeudan el impuesto a los Ingresos Brutos. La tasa alcanza el 7%, por encima de Buenos Aires y Santa Cruz.
La Municipalidad de San Luis presentó como un logro la reubicación de luminarias en el barrio Mirador del Portezuelo, que días antes habían sido desmontadas por la misma administración. Tras los reclamos vecinales, fueron reinstaladas con una improvisada protección “antivandálica”. La maniobra ya había sido denunciada por concejales de la oposición.
Mientras los medios alineados al gobierno atacaron con furia a Carolina Monte Riso por una publicación privada, callaron escandalosamente cuando un juez oficialista protagonizó un choque manejando alcoholizado. La vara del poder, más torcida que el discurso de campaña.
Mientras los hospitales enfrentan la falta de insumos, las escuelas atraviesan el invierno sin calefacción y los salarios estatales continúan congelados, la administración provincial acumuló una suma récord de recursos no ejecutados. Los números también desmienten el argumento del recorte nacional: la coparticipación creció y benefició especialmente a los intendentes aliados.
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Una encuesta nacional reveló que el 44% de los argentinos teme quedarse sin trabajo. El dato refleja el deterioro de las condiciones laborales y el impacto real del ajuste en la vida cotidiana de las familias.
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Trabajadores acusan a los directivos de ejercer un régimen laboral inhumano, con amenazas, vigilancia ilegal y sanciones arbitrarias. El verdadero mando lo tiene un concejal que ya sueña con la intendencia.