
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
El ex ministro de Turismo posteó fotos en África y generó un revuelo en el “relato de austeridad” del poggismo. La puesta en escena y la falsa modestia.
Actualidad27 de diciembre de 2024En el guion de Claudio Poggi, la austeridad se ha convertido en el mantra que todo funcionario debe recitar. Pero como suele pasar, lo que se dice y lo que se hace son dos capítulos completamente distintos de una misma tragicomedia política. Esta vez, el telón se abrió con Juan Manuel Rigau, el ex ministro de Turismo y Cultura, quien decidió que su álbum de fotos africano no debía quedarse en privado.
Allí, entre safaris y paisajes exóticos, Rigau no solo expuso su amor por los animales salvajes, sino también las grietas de un gobierno que pregona pobreza y vive con comodidades de cinco estrellas. No es casualidad que el revuelo llegara en pleno discurso oficial sobre la supuesta bancarrota de las arcas provinciales. Poggi mismo, con su mejor cara de mártir financiero, apeló a una narrativa de ajuste que hace eco del ideario mileísta, pero que choca frontalmente con las acciones de sus alfiles.
Para contener el daño, desde la Secretaría de Ética Pública y Control de Gestión, comandada por Ricardo Bazla, se emitió un memorándum que roza lo ridículo. En términos formales, el texto exhorta a los funcionarios a mantener una conducta ejemplar, evitando publicaciones que puedan "dar lugar a apreciaciones erróneas". En lenguaje criollo: "chicos, no se manden al frente con las fotos". Una suerte de manual para mantener el espejismo intacto.
Lo irónico es que esta “recomendación” surgió después del escándalo Rigau, quien además habría asegurado su futuro financiero con un contrato exprés antes de partir. Así, mientras Poggi clama por austeridad, el “gaucho” se asegura una reserva cómoda en el oficialismo. Todo muy acorde al mensaje de sacrificio colectivo que el poggismo intenta imponer.
El problema no son los viajes en sí. Todo funcionario tiene derecho a desconectar. Pero cuando ese derecho se ejercita con opulencia mientras se predica ajuste y sacrificio, el mensaje se convierte en una burla. El relato de la austeridad no se sostiene cuando los mismos que lo proclaman disfrutan de privilegios que desentonan con la realidad de los ciudadanos. No es solo un problema de redes sociales, es un problema de coherencia.
La gestión Poggi se especializa en la puesta en escena. Los números maquillados, las obras a medio hacer y los discursos sobre ética pública son parte del decorado de una administración que se esfuerza más en parecer que en ser. Pero la realidad, como las fotos en África, siempre termina saliendo a la luz. Y cuando eso pasa, no hay memorándum que pueda salvar el relato.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
Editorial mosquitera.
La diputada nacional renunció a su postulación como suplente en la lista del justicialismo puntano y respaldó sin matices a Jorge “Gato” Fernández y Gloria Petrino. Reafirmó que la prioridad es la unidad para enfrentar el avance libertario.
El propio gobierno reconoce que con el ritmo de construcción previsto, la solución habitacional para las más de 66 mil familias inscriptas llegaría recién en 60 años. Una ley votada por todos, que patea la promesa de campaña y consolida la política de la emergencia como estrategia de gestión.
A casi dos años de gestión, el intendente de San Luis convierte tareas de mantenimiento en actos de gobierno, mientras la capital se deteriora entre cloacas desbordadas, basura acumulada y un centro tomado por manteros.
Editorial mosquitera.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.