
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
El gobernador prepara la vuelta del plan de entrega de bicicletas, que tuvo muchas polémicas durante su gestión anterior. Dudas sobre la implementación y las empresas que fabricarían los rodados.
Actualidad26 de noviembre de 2024El gobernador Claudio Poggi apuesta nuevamente al programa TUBI, una de las iniciativas más controvertidas de su gestión anterior. Este martes, en una reunión con fabricantes de bicicletas, se dará el puntapié inicial para relanzar un plan que, aunque nació con intenciones prometedoras, terminó siendo un ejemplo de oportunismo político, irregularidades y exclusión.
El regreso de TUBI está cargado de suspicacias, especialmente después de las críticas del diputado nacional Carlos D’Alessandro, quien advirtió que Poggi utiliza programas de prebendas políticas para captar votos jóvenes. Este tipo de iniciativas, según D’Alessandro, no solo desvirtúan su propósito original, sino que refuerzan la lógica del clientelismo electoralista.
En su génesis, TUBI prometía fomentar el uso de bicicletas y reactivar la economía local. Sin embargo, el plan se convirtió en una herramienta política y propagandística. Cada bicicleta entregada llevaba estampado el nombre del “Gobernador Poggi”, un sello que, lejos de fortalecer el impacto social del programa, lo transformó en un vehículo para promocionar su imagen personal.
Además, el criterio de distribución de recursos expuso un marcado sesgo político. Municipios no alineados con el gobierno provincial, como la ciudad de San Luis, gobernada entonces por la oposición, fueron deliberadamente excluidos. Mientras otras localidades recibieron fondos para construir ciclovías, la capital provincial quedó al margen, mostrando cómo TUBI también fue utilizado como un instrumento para premiar lealtades políticas y castigar a los disidentes.
Las irregularidades en la ejecución tampoco faltaron. El monopolio de la provisión de bicicletas por parte de una empresa, que sorpresivamente se convirtió en la única beneficiada del programa, contradijo el marco legal que prometía involucrar a múltiples fabricantes. Esto no solo generó sospechas de favoritismos, sino que también evidenció la falta de transparencia en la administración del proyecto.
Por si fuera poco, el descontrol en las adjudicaciones desvirtuó aún más la iniciativa. No era extraño encontrar las bicicletas en grupos de compra y venta en redes sociales poco después de ser entregadas, lo que reflejaba la falta de seguimiento y fiscalización.
En el plano deportivo, TUBI fracasó en su objetivo de promover el ciclismo, a pesar de haber entregado miles. La ausencia de políticas integrales, como eventos o campañas que fomentaran el uso regular de bicicletas, y la falta de infraestructura —construida solo en municipios alineados políticamente— hicieron que el programa quedara reducido a un anuncio grandilocuente con poco impacto real.
El relanzamiento de TUBI pone en evidencia la falta de creatividad y la insistencia de Poggi en reciclar viejas promesas que no funcionaron. Mientras las críticas por el uso propagandístico y sectario del plan no dejan de acumularse, la pregunta que queda es si esta versión logrará superar el peso de sus propios antecedentes. Por ahora, las señales parecen apuntar a más de lo mismo.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
Editorial mosquitera.
La diputada nacional renunció a su postulación como suplente en la lista del justicialismo puntano y respaldó sin matices a Jorge “Gato” Fernández y Gloria Petrino. Reafirmó que la prioridad es la unidad para enfrentar el avance libertario.
El propio gobierno reconoce que con el ritmo de construcción previsto, la solución habitacional para las más de 66 mil familias inscriptas llegaría recién en 60 años. Una ley votada por todos, que patea la promesa de campaña y consolida la política de la emergencia como estrategia de gestión.
A casi dos años de gestión, el intendente de San Luis convierte tareas de mantenimiento en actos de gobierno, mientras la capital se deteriora entre cloacas desbordadas, basura acumulada y un centro tomado por manteros.
Editorial mosquitera.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.