
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
En la provincia de San Luis, el rol de la comunicación gubernamental debería ser claro: servir como un puente transparente entre el gobierno y la ciudadanía, facilitando la difusión de información relevante y promoviendo el diálogo democrático. Sin embargo, bajo la gestión del secretario de Comunicación, Diego Masci, los medios públicos han sido convertidos en herramientas de persecución política y censura, sirviendo más como un arma de intimidación que como un servicio para los ciudadanos.
Masci ha demostrado un patrón alarmante de utilizar los recursos públicos, incluyendo la agencia de noticias gubernamental y el canal público, para acosar a políticos de la oposición y ex funcionarios. Este comportamiento es claramente una forma de violencia política, financiada con los impuestos de los puntanos, sin distinción de su preferencia política.
El modus operandi de Masci se asemeja más al de un matón político que al de un servidor público. Utiliza la maquinaria estatal para atacar a aquellos que discrepan con el gobierno, cercenando su derecho a expresarse libremente y manipulando la narrativa pública en su propio beneficio. Esto no solo erosiona la confianza en las instituciones democráticas, sino que también crea un ambiente de miedo y represión que sofoca cualquier forma de disidencia.
Es especialmente preocupante que los medios públicos, que deberían ser un reflejo imparcial de la realidad, se hayan convertido en una suerte de tribunal paralelo, donde se juzga y condena a personas sin debido proceso. Esta práctica pone en peligro los pilares fundamentales de la democracia.
También resulta curiosa la posición de Masci, el mismo que se victimizaba y exigía “libertad de expresión”, algo que ahora, desde el poder, no pone en práctica. Este doble estándar evidencia una especie de oportunismo político y el interés partidista.
El periodismo de San Luis es otro factor importante. Diversos comunicadores han manifestado su repudio a algunos actos de Masci, como borrar mensajes en el grupo de whats app o darle notas solo a los periodistas afines. Esta versión patoteril también se dedicó a difundir irónicamente, la pauta que algunos medios tenían en la gestión anterior, aunque no comenta nada sobre los millones que van a parar para el conglomerado poggista formado por: Todo un País, Radio Dimensión, Info San Luis, El Puntano y El Chorrillero.
Hasta dónde llegará el patoterismo o la comunicación de San Luis y/o los periodistas "serán libres", como prometió el gobernador Poggi.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
Editorial mosquitera.
La diputada nacional renunció a su postulación como suplente en la lista del justicialismo puntano y respaldó sin matices a Jorge “Gato” Fernández y Gloria Petrino. Reafirmó que la prioridad es la unidad para enfrentar el avance libertario.
El propio gobierno reconoce que con el ritmo de construcción previsto, la solución habitacional para las más de 66 mil familias inscriptas llegaría recién en 60 años. Una ley votada por todos, que patea la promesa de campaña y consolida la política de la emergencia como estrategia de gestión.
A casi dos años de gestión, el intendente de San Luis convierte tareas de mantenimiento en actos de gobierno, mientras la capital se deteriora entre cloacas desbordadas, basura acumulada y un centro tomado por manteros.
Editorial mosquitera.
Denunciaron que les impusieron nombres que no tienen nada que ver con los libertarios de San Luis. Bronca con el poggismo y una jugada que salió muy mal.
El partido de Adolfo Rodríguez Saá terminó sin lista propia y expulsó al ex intendente de Juana Koslay por presentarse en otro frente. Una maniobra que exhibe el rol subordinado del espacio al gobernador Claudio Poggi.
En un fallo express de la jueza Servini, el espacio libertario quedó bajo intervención nacional. Carlos González D’Alessandro denunció un atropello y apuntó contra Claudio Poggi y Eduardo “Lule” Menem.
El gobernador de San Luis implosionó su propio frente y metió la mano en La Libertad Avanza, dejando un oficialismo sin aliados y un libertarismo vacío.