Entre insultos y disculpas: Poggi evita hablar de Espert

El gobernador reconoció su exabrupto con una periodista, pero eludir su vínculo con José Luis Espert revela un nerviosismo que no logra ocultar. La estrategia mediática vuelve a poner el foco en la narrativa oficial.

ActualidadHace 2 horasRedacciónRedacción
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El gobernador Claudio Poggi tuvo que salir a pedir disculpas tras un episodio que dejó en evidencia su tensión frente a la prensa. Insultó a una periodista que le preguntó sobre su relación con el diputado José Luis Espert, acusado de recibir financiamiento de redes narco.

Inmediatamete funcionarios y militantes salieron a elogiar “la humildad” del mandatario, incluso comparándolo con un modelo casi profético de rectitud y autocontrol. La maquinaria propagandística del oficialismo se activó inmediatamente para desviar la atención del asunto central.

En realidad, Poggi cumplió con lo mínimo esperado: pidió disculpas. Pero su nerviosismo ante la consulta sobre Espert dejó en claro que ese es un tema que incomoda y que prefiere mantener fuera del escrutinio público. La cuestión no es menor, su cercanía con un legislador en medio de señalamientos por financiamiento ilícito genera dudas legítimas sobre la transparencia de su gestión.

El episodio expone también el patrón del gobierno frente a los medios: presión, control del discurso y proliferación de medios propios para instalar una narrativa única. Cuando la prensa se sale de ese libreto, la respuesta puede llegar a ser incluso agresiva, como se vio con la periodista que sufrió el exabrupto.

Pese a las disculpas, Poggi no puede ocultar que pierde el control cuando alguien cuestiona su relato. El gobernador que prometía libertad de prensa es hoy el que menos la permite, con medios comprados y un ecosistema mediático diseñado para amplificar su narrativa contrastan con la hostilidad hacia quienes no se alinean.

El vínculo con Espert añade otra capa de tensión, no es cualquier relación política. No cualquiera es invitado a sus festejos y subido al escenario; la cercanía con un legislador cuestionado refleja una elección consciente que el mandatario evita explicar.

Este episodio, lejos de ser un simple mal momento, refleja la estrategia recurrente de un gobierno que prefiere controlar la historia antes que responder preguntas incómodas. La disculpa suaviza el episodio, pero no disimula la realidad, el relato oficial prevalece sobre la transparencia, y la prensa que incomoda sigue siendo el blanco.

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