El intendente volvió a demostrar que no aprobará nada que no lleve su firma. Vetó la ordenanza impulsada por el concejal de su propio bloque sobre la regulación de los escaparates, sancionada por mayoría en el Concejo Deliberante y acompañada por el Bloque Justicialista. Es el segundo proyecto del edil que cae por decisión del Ejecutivo.
ActualidadHace 2 horas
Redacción
El intendente Jorge Gastón Hissa vetó para una nueva iniciativa legislativa que no salió de su despacho. Esta vez fue la ordenanza presentada por Mario Silvestri, aprobada en el Concejo Deliberante con ocho votos afirmativos y siete abstenciones del bloque oficialista. El proyecto actualizaba una normativa de 1966 sobre los escaparates de diarios y revistas, y había sido acompañado por el Bloque Justicialista, que desde la oposición demostró que sí es posible construir consensos en el cuerpo deliberativo. Pero para Hissa, parece que el consenso solo es válido si lo preside él.
En su decreto, el jefe comunal justificó la acción alegando una supuesta falta de diálogo y legitimidad, aunque el respaldo político y el proceso legislativo desmienten su argumento. Lo que realmente quedó expuesto es la intolerancia a cualquier iniciativa que no esté bajo control del Ejecutivo. Hissa usa la palabra “institucionalidad” como excusa, pero en la práctica impone un modelo vertical donde el Concejo Deliberante es un apéndice del municipio, no un poder autónomo.
Para Silvestri, el golpe es doble. No solo le vetaron su segundo proyecto en menos de un año —el primero fue el de los trapitos—, sino que además quedó en evidencia dentro de un bloque que ni siquiera lo acompaña. Si continúa allí, su papel corre el riesgo de ser puramente decorativo. El mensaje del intendente fue claro, en su gobierno, la disidencia no se tolera y el consenso se firma en su escritorio. Lo demás, se veta.
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