Del fracaso en el Concejo al premio en Salud: el millonario rescate de Agustina Arancibia

Tras una gestión plagada de internas y papelones en el Concejo Deliberante, Agustina Arancibia fue reubicada en el Ministerio de Salud con un contrato por más de $10 millones. El poggismo vuelve a tender la mano a los caídos del hissismo, mientras ajusta a trabajadores y hospitales.

ActualidadHace 2 horasRedacciónRedacción
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La política puntana tiene una ley no escrita del poggiso, nadie queda afuera si jugó para el equipo, aunque haya perdido por goleada. El caso de Agustina Arancibia Rodríguez lo confirma. Tras su fallida gestión al frente del Concejo Deliberante de San Luis, marcada por escándalos, despidos irregulares y un bloque oficialista fracturado, la ex presidenta fue rescatada por el gobierno de Claudio Poggi con un contrato millonario en el Ministerio de Salud.

El Decreto N° 14624-MdeS-2025, publicado el 23 de julio en el Boletín Oficial, homologó un convenio por $10.150.000 para que Arancibia cumpla “funciones administrativas” en la Dirección de Autogestión Hospitalaria. El contrato rige desde el 1° de junio, por siete meses, y puede prorrogarse por igual período.

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El nombramiento se da en un contexto contradictorio, mientras Poggi repite el mantra de la austeridad, en el sistema sanitario sobran reclamos por falta de insumos, salarios congelados y despidos, y los gremios denuncian el vaciamiento de áreas clave.

Legalmente, el expediente pasó sin objeciones de Contaduría General, Fiscalía de Estado ni Asesoría Legal. Políticamente, en cambio, deja una huella evidente. el poggismo le extiende una mano a los heridos de la gestión de Jorge Gastón Hissa, quien acumula escándalos por despidos arbitrarios, denuncias laborales y una administración marcada por la improvisación.

La figura de Arancibia se había convertido en un símbolo del desorden institucional que propuso Hissa en el Concejo. Su falta de liderazgo, las internas permanentes y las decisiones contradictorias minaron su autoridad y la dejaron sin respaldo. Pero en lugar de rendir cuentas, fue reubicada con sueldo de privilegio en una oficina donde su experiencia política poco tiene que ver con la tarea técnica asignada.

El contraste con la realidad de cientos de trabajadores del Estado, precarizados o despedidos, es brutal. Mientras los discursos oficiales hablan de “orden” y “responsabilidad fiscal”, los decretos revelan otra cara, la de un gobierno que premia la fidelidad y protege a los suyos, aunque sus gestiones hayan sido un fiasco.

En San Luis, los errores se corrigen con ascensos y los fracasos con contratos. Poggi no deja caer a sus soldados, aunque hayan sido heridos por el fuego amigo del hissismo.

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