ROSCA Y TONGO: DELUXE

Esto amigos, es el resumen político semanal en San Luis. Plagado de plagios, con un abuso absurdo del chat GPT, diseños amateurs y un pesimismo absolutamente repudiable. 

Aquí no hay ética aristotélica ni justicia kantiana, pero sí mucha rosca maquiavélica y un tongo tan evidente que ni Kafka podría haberlo soñado. Abróchense los cinturones, porque arrancamos con una dosis de ironía fina, sarcasmo filoso y esa pizca de indignación moralinista que ya es marca registrada. ¡Vamos!

MÁS DUDAS QUE DÓLAR DE LA SALADA 

Claudio Poggi tiene un problema, pero no de esos que inquietan al ciudadano de a pie. No, al gobernador de San Luis no lo desvelan la pobreza que no cede, la inseguridad impúdica o el desempleo que sube y baja como montaña rusa. No, su conflicto es, digamos, más “existencial”: ¿desdoblar o no las elecciones legislativas del próximo año? Un tema, sin duda, crucial para la provincia.al menos desde la óptica del poder.

El macrismo ya dio la señal de alarma. El miedo a que Milei les termine de engullir el resto de credibilidad los ha llevado a desdoblar elecciones en las pocas plazas que aún controlan. Jorge Macri en la CABA, Cornejo en Mendoza y Frigerio en Entre Ríos marcan la pauta. Poggi, como buen jugador de ajedrez amateur, está mirando de reojo el tablero, aunque no parece entender bien las reglas.

El dilema para el gobernador  no es menor. Por un lado, está el desgaste político y financiero que significaría votar dos veces en un contexto donde la "austeridad" ha sido su bandera—bueno, su bandera de marketing, porque en la práctica nadie la ha visto flamear. Por otro, está la tentación de alejarse del naufragio macrista, pero sin abrazar demasiado fuerte a los libertarios y asimismo, no llegar con el desarrollo del plan “platita”. Es que si, todos saben que la que se guardó en “inversiones” va a ir a parar a la campaña. 

Los números tampoco ayudan. Una encuesta reciente que, pidió el propio poggismo, muestra que algunos de sus hombres fuertes, como Gastón Hissa, Luciano Ayala y el flamante ministro Alvarez Pinto, están más hundidos que las veredas de San Luis después de una tormenta. Los intentos por lavarles la cara con encuestas pagas solo han logrado embarrar más el terreno. El desconcierto en las filas poggistas es evidente; ni siquiera los más cercanos saben cuál será el próximo movimiento del gobernador.

Y acá viene lo jugoso: Poggi, que hasta hace unos años era el campeón de la boleta en cada elección posible, ahora se encuentra con la necesidad de "armar" una lista competitiva. La palabra clave aquí es "competitiva", porque lo que viene será un terreno más escarpado que sus años de candidato serial. No sería raro que, ante un mal resultado legislativo, recurra a su estrategia favorita: sumar adeptos a fuerza de billetera, como ya ocurrió este año.

¿Desdoblará, sacrificando la narrativa de austeridad, o apostará a ser el puente entre los restos del macrismo y los libertarios? Cualquiera sea la decisión, Poggi parece estar jugando con el reloj en contra y con pocas fichas sobre la mesa. Pero si algo ha demostrado este gobernador es que siempre puede sorprender, aunque casi nunca para bien.

LA NAVIDAD EXCLUSIVA 

La Navidad llegó a la Municipalidad de La Punta con un espíritu muy selectivo. Al parecer, el "papá Noel municipal" tenía GPS instalado y solo hizo escala en los domicilios de ciertos funcionarios cercanos al intendente Luciano Ayala. No es la primera vez que el Municipio hace gala de su habilidad para transformar lo que debería ser un gesto simple y equitativo en un escándalo digno de portada.

El último papelón involucra a la secretaria de Desarrollo Social, Marina Lucero, quien fue señalada por empleados municipales por recibir en su casa unas cajas navideñas sospechosamente idénticas a las que deberían haber sido repartidas entre los trabajadores. Pero aquí viene el detalle que hace de esta historia un verdadero espectáculo: no todos los empleados recibieron su caja, y los que quedaron fuera del festejo fueron informados de que no calificaban porque no cumplían los mágicos seis meses de antigüedad. Así de exclusivo es el espíritu navideño en La Punta.

Las redes sociales, siempre rápidas para detectar cualquier aroma a privilegio, explotaron cuando comenzaron a circular fotos de la funcionaria en su casa con las famosas cajas. ¿Coincidencia? ¿Un malentendido? ¿O acaso Santa Claus decidió dar un rodeo estratégico hacia la residencia de Lucero? Lo cierto es que, en este Municipio, los milagros navideños tienen nombre, apellido y dirección registrada.

Lo único cierto es que, en La Punta, la Navidad fue cualquier cosa menos inclusiva. Mientras los regalos llegaban a unos pocos, el resto solo recibió el regalo de siempre: más motivos para desconfiar de sus propios dirigentes. Un clásico que nunca pasa de moda.

PRECARIZACIÓN LABORAL O AVIVADA 

Si algo le sale bien al intendente Jorge Gastón Hissa es el arte de maquillar la precariedad como si fuera un logro de gestión. Con más de 300 despidos en su historial, su gobierno acumula récords en generar pobreza y descontento laboral. Pero parece que la insensibilidad tiene niveles, y el último experimento municipal es una obra maestra de la precarización laboral disfrazada de pasantía.

En mayo, con bombos y platillos, Hissa presentó un grupo de trabajo que prometía dar respiro a la crisis ambiental y al caos de basura que domina San Luis. Armados con un chaleco, una gorra y guantes, hombres y mujeres salieron a limpiar lo que la ineficiencia de la gestión había dejado crecer. Hasta ahí, todo parecía una solución, o al menos una excusa bien presentada.

El problema, como siempre, llegó con el tiempo. Este grupo de trabajadores empezó limpiando calles y ahora se encuentran cubriendo tareas que, casualmente, deberían realizar empleados municipales. Con una diferencia: ellos cobran una "pasantía" de $200 mil pesos, mientras que el personal municipal recibe el doble. ¿La tarea? Igual de dura, solo que a precio de saldo.

El descontento explotó cuando, además de no recibir aumentos ni bono de fin de año, se enteraron de que las promesas de mercadería para "compensar" el sueldo quedaron en el aire. Todo esto aderezado con las amenazas de una tal Celeste, pieza clave en el esquema de Hissa, que se dedica a reubicar, presionar y despedir a quienes osen quejarse. 

Por si faltara algo, resulta que detrás de este operativo está la mano invisible de Agustín Hissa, hermano del intendente, quien oficia como un estratega extraoficial en la Secretaría de Servicios Públicos. Todo está en casa, excepto los derechos laborales.

Este modelo de gestión que precariza y explota a los trabajadores no es un accidente: es la estrategia. Lo que queda claro es que, bajo el mando de Hissa, San Luis no solo se hunde en basura literal, sino también en la basura política de una gestión que ya no se molesta ni en esconder su desprecio por los trabajadores.

Justamente esta semana, la intendencia de San Luis celebró un convenio con la UPRO, para sumar estudiantes de electricidad. Se viene otra avivada laboral???

CONDENADOS AL ÉXITO 

Con el riesgo de que gente ajena a este medio reciba amenazadas de dirigentes acostumbrados a que se le vuelen las chapas, vamos a hablar un poquito de la situación de uno de los gremios de nuestra provincia. 

En el universo gremial, el caso de UPCN resulta un espectáculo peculiar. Andrés Rodríguez, líder nacional del sindicato, ha sido señalado por su postura de cercanía con el gobierno de Milei, una estrategia que parece haber sido replicada, con resultados igualmente cuestionables, por la filial puntana.

UPCN San Luis ha optado por el "diálogo" como bandera, pero en lugar de traducirse en logros para sus afiliados, este acercamiento ha desembocado en un servilismo casi cómico hacia Claudio Poggi y su séquito de intendentes. Los ejemplos sobran: la directiva sindical posando sonriente al lado de Jorge Gastón Hissa mientras reparten ropa –un gesto que debería ser cotidiano, no motivo de selfie– o reuniéndose con Luciano Ayala en medio de una gestión marcada por el escándalo y el descontento laboral.

Sin embargo, este idilio político es unidireccional. A pesar de sus esfuerzos por congraciarse con el poder, la seccional puntana  no ha logrado colocar un solo dirigente relevante en el ámbito legislativo, y los pocos que sobreviven en el Ejecutivo son meras sombras sin peso político. Este "romance" ha resultado más en un despecho: mucho amor dado, pero nada recibido.

Lo más grave no es su irrelevancia en la arena política, sino su ausencia en las luchas que importan. En un 2024 cargado de despidos, salarios estancados y persecuciones, UPCN brilló por su falta de acción. Apenas un tímido intento de participación en una convocatoria nacional en el Correo, donde terminaron escabulléndose sin hacer ruido, y poco más. Mientras tanto, sus afiliados demandan algo tan básico como presencia y defensa real de sus derechos, demandas que parecen caer en el olvido. 

SE JUBILÓ MAQUEDA (TELÉFONO PARA BONA)

El viernes, el juez de la Corte Suprema Carlos Maqueda hizo lo que manda la Constitución: se jubiló dos días antes de cumplir 75 años. “La ley es la ley”, podría haber dicho al dejar su lugar. Pero no solo fue eso, también deslizó que la edad y la realidad de las normas jurídicas tuvieron algo que ver en su decisión. Lógico. Llegado cierto punto, hay que saber colgar la toga y dejar el estrado. Pero en San Luis, parece que esa filosofía no aplica.

Maria Eugenia Bona, jueza local y pieza clave del tablero del oficialismo provincial, podría tomar nota del ejemplo de su colega. Pero aquí estamos, en 2024, con una jueza que sigue firme en su puesto, mientras su desempeño está colgado de un hilo técnico y judicial. Las cifras no mienten: 320 sentencias revocadas por la Cámara, es decir, el 84% de todas las que firmó este año. ¿Error humano o evidencia de un problema que se tambalea entre la ineficiencia y la conveniencia política? 

El asunto no es menor. Bona no solo carga con un prontuario de fallos plagados de errores; también tiene en sus manos juicios que afectan directamente a trabajadores despedidos y decisiones políticas que están bajo la lupa. Y, como si fuera poco, su permanencia en el cargo está sostenida por un hilo más sutil que sus sentencias: su cercanía al poder de turno. En el Poder Judicial, todos lo saben, aunque pocos lo digan en voz alta.

Entonces, la pregunta es inevitable: si la imparcialidad de Bona está tan comprometida y su desempeño tan cuestionado, ¿qué garantiza que pueda impartir justicia? Porque cuando el 84% de tus fallos son anulados, no estamos hablando de una racha desafortunada; estamos ante un problema sistémico. 

Hay un momento para todo en la vida, y el de Bona parece haber pasado hace rato, mientras el descrédito crece y los números no perdonan. Tal vez sea hora de que Bona tome una página del libro de Maqueda. Retirarse a tiempo no solo es un acto de dignidad personal; también es un servicio público.

UN MONUMENTO AL VACÍO Y AL NEPOTISMO

La Universidad de La Punta, en manos del poggismo, es el ejemplo perfecto de un proyecto que jamás despegó.  Después de un año de gestión, lo único que parece haber crecido son las cuentas bancarias de algunos pocos, mientras los edificios se mantienen vacíos. La universidad está a medio ocupar, y su "gran logro" es un convenio con la UNTREF para ofrecer licenciaturas virtuales, que se consiguió en la gestión anterior.  

El poggismo, que en la campaña electoral hizo foco en los supuestos casos de corrupción del gobierno anterior, deslizó en los discursos proselitistas sospechas de que en la ULP los números no eran transparentes. Incluso el mismo 10 de diciembre de 2023, a pocos minutos de asumir el gobierno, Poggi mandó a militarizar las instalaciones para que Eugenia Catalfamo no tomara posesión del rectorado, cargo para el que había sido designada por el Senado.

El gobierno entrante, que había acusado a la gestión anterior por nepotismo, designó como reemplazante de Catalfamo al matemático Luis Quintas, ex cuñado de Poggi y con múltiples ocupaciones de carácter exclusivo en la Universidad Nacional de San Luis, cargos en los que no solicitó licencia ni renunció y por los que en la actualidad, además del sueldo de rector de la ULP, percibe 8 millones y medio de pesos como remuneración. Quintas además de docente en una maestría y en un posgrado es investigador de Conicet, organismo que solo establece 10 horas para el dictado de clases.

Junto con el actual rector asumió como Secretaria Académica Lorena Baigorria, doctora en Informática también de la UNSL, quien desde enero hasta el mes de septiembre en la UNSL continuó percibiendo dos millones y medio de sueldo,  además del que le correspondía a su función en la ULP. Baigorria renunció al cargo en septiembre, de acuerdo con información proveniente de la propia ULP, sospechada por el manejo de una licitación para la colocación de cámaras en la que habría sido beneficiado su marido. Además fue cuestionada internamente en la carrera de Informática dado que, tiempo antes de la designación en la ULP, le habían sido aprobados en la UNSL una serie de proyectos que luego fueron dejados sin efecto y llevados para su implementación a La Punta. 

Un ejemplo fue un acuerdo con la Municipalidad de San Luis para la informatización del Tribunal de Cuentas, trabajo que Baigorria encaró con dos tesistas de la UNSL, pero luego intentó dejar sin efecto para implementarlo desde la ULP.

Dicen que otra de las causas de la dimisión  fue la inclusión dentro del Estatuto Docente a 200 profesores que se encontraban contratados de manera precaria en las escuelas digitales, determinación que en septiembre dejó sin presupuesto a la ULP.

La designación de Quintas apuntaba a mostrar la postura ética y meritocrática del poggismo; sin embargo, no conforme con el suculento ingreso que percibe en la UNSL y con el sueldo de rector, sumado a las incompatibilidades evidentes, Quintas designó a su actual pareja como directora de Protocolo y Ceremonial. Todo un símbolo de la actualidad en la ULP y la mirada selectiva del gobierno de Poggi.