
Trabajadores acusan a los directivos de ejercer un régimen laboral inhumano, con amenazas, vigilancia ilegal y sanciones arbitrarias. El verdadero mando lo tiene un concejal que ya sueña con la intendencia.
Pablo Colafrancesco dejó de ser el director y la principal cabeza de la señal es Emiliano Pascuarelli.
Actualidad04 de septiembre de 2024San Luis atraviesa un período de crisis que ha golpeado fuertemente a su canal público, ahora inmerso en un proceso de transformación que no ha hecho más que exacerbar las tensiones internas. La reciente destitución de Pablo Colafrancesco, quien hasta esta semana se desempeñaba como director del canal, marca un punto crítico en una serie de conflictos que han escalado en las últimas semanas.
La decisión de convertir el canal en una plataforma de streaming y la grave interna política han sido los detonantes de múltiples problemas. Los trabajadores, que ya venían soportando bajos salarios, se han volcado a las calles en manifestaciones crecientes, denunciando que sus sueldos son significativamente inferiores a los de los “influencers” que la señal ha contratado. Esas figuras, en muchos casos, perciben el doble que los técnicos y trabajan muchas menos horas. La desigualdad salarial y la falta de reconocimiento han generado un ambiente laboral insostenible, donde la frustración y el resentimiento son palpables.
En medio de este caos, Emiliano Pascuarelli ha sido designado como el nuevo líder del canal, una elección que no ha estado exenta de polémica. Conocido por su rol como conductor/operador del 678 de Poggi, es una figura divisiva. Su estilo confrontativo y su actitud hacia sus colegas han generado un profundo malestar entre el personal del canal, que lo ve como una figura autoritaria y despectiva. La resistencia a su nombramiento es fuerte y abierta, y no son pocos los que consideran su llegada como un agravante más de la crisis que atraviesa la señal.
Políticamente, la situación de Pascuarelli es compleja. Su designación cuenta con el respaldo de Diego Masci, el estratega de comunicación del gobernador Claudio Poggi. Sin embargo, este apoyo no es unánime dentro del círculo del poder. Facundo Santarone, conocido por su influencia en los negocios del gobierno, no comparte la misma visión y, según se rumorea, ve con desdén la figura de Pascuarelli. Esta divergencia de opiniones dentro del entorno gubernamental refleja la falta de consenso y la fragilidad que rodea la dirección del canal público en esta nueva etapa.
La administración de Emiliano Pascuarelli será decisiva para determinar si la crisis se profundiza o si, por el contrario, se logra estabilizar una situación que, por ahora, parece estar al borde del colapso.
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