
Mientras Moriñigo le pega a Milei por el presupuesto universitario, en San Luis armó un evento con lujos y vuelos privados con el aval del gobierno de Poggi.
Por quinta vez en el año, los concejales de Hissa decidieron no sesionar, esta vez escudándose en un supuesto desperfecto eléctrico. Cada suspensión coincide con eludir temas incómodos que podrían exponer sus contradicciones.
Actualidad10 de octubre de 2024Nuevamente, los concejales oficialistas decidieron que enfrentar los problemas de la ciudad era una tarea demasiado ardua para un jueves por la mañana. En un giro tan predecible, la presidenta del cuerpo, Agustina Arancibia Rodríguez, comunicó —con puntualidad cronométrica— que no habría sesión. ¿La excusa? Un “problema eléctrico” en el edificio.
A pesar del comunicado oficial, en los pasillos del Concejo todos sabían que lo de los cables era solo una distracción. La verdadera chispa del apagón legislativo es otra: la sesión de hoy incluía un punto incómodo para el oficialismo. Se iba a debatir un repudio a los diputados nacionales por San Luis que votaron en contra del financiamiento a las universidades. Entre los señalados, uno de los protagonistas es nada menos que Alberto Arancibia Rodríguez, padre de la presidenta del Concejo.
No es la primera vez que los concejales oficialistas eligen el camino de la suspensión. Hace apenas unas semanas, el mal olor de un caño de desagote fue la excusa perfecta para evitar una sesión que prometía ser igual de incómoda. Parece que en el Concejo, los olores desagradables son oportunamente efectivos para detener los debates. Aunque claro, lo que realmente huele mal es la falta de voluntad política para encarar los problemas de fondo.
Hoy, mientras los docentes mantienen medidas de fuerza y la ciudadanía exige explicaciones, el oficialismo se esconde detrás de un supuesto desperfecto eléctrico. No enfrentan ni el repudio a sus diputados, ni la creciente indignación por los recortes a la educación.
Además, el “apagón” de hoy se suma a una serie de conflictos internos que la presidenta Arancibia Rodríguez no parece tener intención de resolver. El caso de Facundo Lucero, el trabajador al que se le quitó la planta permanente por decisión directa de la presidenta, sigue sin solución. Lucero, cuyo despido fue condenado por la justicia, ha quedado en el limbo laboral, mientras Arancibia Rodríguez hace gala de su habilidad para esquivar responsabilidades. Eso sí, si de dilatar se trata, la presidenta del Concejo tiene pocos rivales: lleva meses evadiendo este y otros temas cruciales para la gestión pública.
Este es el quinto día en el año en que el Concejo no sesiona. Y uno no puede dejar de preguntarse: ¿hasta cuándo van a seguir apagando las luces cuando les toque rendir cuentas? Cada vez que surge una cuestión incómoda o un tema que pueda poner en evidencia las contradicciones del gobierno, los cables se cortan, los caños revientan y el edificio se queda vacío.
Mientras Moriñigo le pega a Milei por el presupuesto universitario, en San Luis armó un evento con lujos y vuelos privados con el aval del gobierno de Poggi.
A 20 días de las elecciones, volverán a anotar gente como ya hizo el gobernador en otras elecciones. No hubo anuncios salariales, ni de obras de importancia.
El gobierno aumentó la partida para el PANE. Además, politiza las escuelas mandando funcionarios a “controlar”, generando malestar entre docentes y trabajadores.
El gobierno de Claudio Poggi atraviesa su momento de mayor tensión política, y la razón tiene nombre y apellido: Alberto Rodríguez Saá.
Asegura que su gestión repavimentó más de 100 calles, pero en la realidad los vecinos dicen no verlas. Denuncian accidentes por los baches y se multiplican las críticas en las redes sociales.
En una de las reuniones de gabinete más calientes, el gobernador advirtió que Rodríguez Saá todavía tiene poder y pone nerviosa a toda la gestión.
Insólito e increíble. Eugenia Gallardo dijo en el canal oficial que el gobernador la nombró luego de mandarle algunos tips sobre el plan. Docentes y padres preocupados por la improvisación estatal.
El gobierno de Claudio Poggi atraviesa su momento de mayor tensión política, y la razón tiene nombre y apellido: Alberto Rodríguez Saá.
El gobierno aumentó la partida para el PANE. Además, politiza las escuelas mandando funcionarios a “controlar”, generando malestar entre docentes y trabajadores.
A 20 días de las elecciones, volverán a anotar gente como ya hizo el gobernador en otras elecciones. No hubo anuncios salariales, ni de obras de importancia.
Mientras Moriñigo le pega a Milei por el presupuesto universitario, en San Luis armó un evento con lujos y vuelos privados con el aval del gobierno de Poggi.